Ante la declaración de emergencia que realizó el gobernador de Colima, se teme una sobrerreacción que cause pérdidas millonarias y daños a la población.

Colima, 19 de marzo del 2020.- El pasado 18 de marzo de 2020 el gobernador del estado de Colima anunció que se presentó el primer caso de una persona contagiada por el Covid-19, por lo cual se tomaba la decisión de declarar emergencia en el estado, otorgando facultades especiales para tomar decisiones que previamente sean validadas por Consejo Estatal de Seguridad en Salud, conforme se observe el desarrollo de la crisis.

En el municipio de Colima se ubica el primer y único caso confirmado. Existen otros siete casos en los cuales se han tenido tiene sospechas, pero ya todos han sido descartados. Uno más se encuentra en estado pendiente. Ningún caso por encima de los 65 años.

Esta iniciativa lo que busca es, según el Gobernador, que la gente se mantenga en sus hogares, que el aislamiento sea prácticamente total, con un fuerte distanciamiento social. Todas las acciones que está tomando se encamina al único y rígido objetivo de que la gente esté en sus casas.

Y aunque este esfuerzo busca mitigar los efectos que se pueden desprender del Covid-19, resulta un tanto irresponsable que el Gobernador colimense busque frenar de un tirón la producción en el estado. Sabemos que las medidas de prevención y control no se pueden minimizar, pero esto no se debe traducir en una actitud alarmista que magnifique los problemas económicos.

En el Artículo Tercero de la Declaración de Emergencia se pueden leer las medidas que se podrán implementar, en caso de ser necesarias y bajo previo análisis y recomendación del Comité Estatal de Seguridad en Salud Pública del Estado, entre las que destacan: suspensión de actividades recreativas, compra de medicamentos, inspección de personas que arriben al estado, ingreso a locales y casas para control sanitario, arresto o clausura de aquellos que se opongan a tomar estas medidas.

A pie de ley se estableció:

“Fracción novena. – Ordenar el cierre temporal de centros laborales, empresas, negocios o de cualquier otro tipo que generen la concentración de personas”

Anteriormente, el Gobernador había declarado a través de redes sociales lo siguiente:

“Nuestra recomendación es que todos aquellos centros de trabajo que no tengan actividades esenciales suspendan sus actividades. Solamente actividades que tengan que ver, insisto, con alimentación o con salud, vamos a recomendar que sigan funcionando”

https://www.facebook.com/NachoPeraltaCol/videos/887609661673167/

Sabemos que en el fondo es una buena intención, pero hay que ser conscientes que una decisión de ese calado puede llevar a la quiebra al estado de colima y a la población total. No hay que adelantar conclusiones que puedan detener y colapsar la actividad económica en Colima.

La nación y el mundo entero atraviesan por un momento crítico sin precedente alguno, por eso mismo hay que impulsar medidas de control, pero siempre guardando la responsabilidad de no crear un estado de crisis económica.

Si la producción se detiene los trabajadores se preguntan: ¿de dónde voy a sacar para poder comer el día de mañana? No se trata sólo de las empresas sino de las repercusiones que tendrá en el trabajador de a pie. Los centros de trabajo deben sumarse a las medidas preventivas, pero la actividad no puede frenarse desde el escritorio de ninguna autoridad.

Los trabajadores tampoco pueden caer en pánico y sumarse a esfuerzos que sólo buscan politizar la terrible situación sanitaria. Todos debemos ser conscientes en las medidas que debemos tomar, no sobre reaccionar ni tomar medidas unilaterales que pongan en riesgo las fuentes de empleo.

Hoy más que nunca autoridades, empresas y trabajadores deben formar un frente unido para preservar la salud y economía. Es por el bien de todos. Juntos somos más.

Fuente: Redacción.

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