El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó con imponer un «gran impuesto fronterizo» a la automotriz General Motors por fabricar su modelo Chevy Cruze en México.
«General Motors está enviando su modelo Chevy Cruze fabricado en México a los concesionarios de Estados Unidos libre de impuestos en la frontera. ¡Hágalo en EE.UU. o pague un gran impuesto fronterizo!», publicó Trump en un mensaje en Twitter.
Las acciones de GM caían un 1% en operaciones previas a la apertura del mercado luego del mensaje de Trump.
General Motors respondió en un comunicado que fabrica el modelo Cruze sedán en Lordstown, Ohio, y que todos los vehículos de ese modelo que se venden en Estados Unidos proceden de esa planta.
La empresa dijo además que construye el modelo Cruze hatchback para mercados globales en México y que sólo un pequeño número se vende en Estados Unidos.
En noviembre, GM dijo que tenía previsto despedir a comienzos del 2017 a 2.000 empleados de dos plantas en Estados Unidos, incluyendo la de Lordstown.
GM planeaba fabricar el Cruze hatchback en México pero continuar con el sedán de esa línea en Ohio, según fuentes entre los proveedores.
El cambio es parte de una tendencia más amplia entre las «tres grandes» automotrices de Detroit para producir automóviles más pequeños para el mercado norteamericano en México, en un intento por bajar los costos laborales, y usar a trabajadores estadounidenses, a quienes se les paga más, para fabricar camiones, vehículos utilitarios y modelos de lujo, que son más redituables.