Legisladores a nivel global, fuera del ritmo al que va la tecnología.

Para abogados, una mala regulación tanto de manera global como local frenaría el ritmo de innovación y adopción de una tecnología.

“Entonces, ¿cómo sostiene un negocio en donde los usuarios no pagan por el servicio?”, cuestionó el senador Orrin Hatch a Mark Zuckerberg, el cofundador y CEO de Facebook, durante la audiencia que sostuvo semanas atrás.

Zuckerberg entre una sonrisa comprometida respondió: “Senador, nosotros comercializamos publicidad”.

¿Cómo es posible que un legislador estadounidense no conozca el concepto básico de eso que está tratando de regular?

Para Juan Luis Hernández Conde, abogado y fundador del despacho Novus Concilium, especializado en tecnología, las leyes existen de manera global y pueden ser aplicadas a cualquier tema que aborde una tecnología.

“Desde mi perspectiva considero que la gente cree erróneamente que la tecnología no está regulada. Esas personas creen que las leyes no pueden mantenerse al paso de la tecnología pero me parece que es equivocado”, señaló el abogado.

En realidad, dice, el mayor problema es que tanto abogados como legisladores no siempre están al tanto de dichas innovaciones.

“Lo que sucede es que los abogados y jueces no conocen cómo funciona la tecnología y al no conocerla no saben cómo aplicar el derecho”, agregó Hernández Conde.

Para el letrado, el mayor riesgo de buscar legislar una tecnología sin siquiera comprenderla es que se puede inhibir el desarrollo de ésta.

Hernández Conde dijo que una regulación mal ejecutada puede frenar que tanto las personas como los gobiernos dejen de emplear una tecnología por el simple hecho de su legislación.

David D. Friedman, profesor de la leyes en la Universidad de Santa Clara, ubicada en el corazón de Silicon Valley, señala en un documento que una buena alternativa ante los avances tecnológicos que vive el mundo es contar con un marco legal amplio.

“Si las reglas se definen con suficiente amplitud, la innovación legal jamás será necesaria. La mayoría de los problemas planteados por las nuevas tecnologías, por ejemplo, podrían resolverse mediante una regla única”, precisa Friedman.

En naciones más avanzadas se han emprendido pasos agigantados por legislar y ampliar el derecho que tienen los usuarios, por ejemplo, en el manejo de sus datos.

La Unión Europea anunció recientemente la implementación del Reglamento General de Protección de Datos o GDPR, legislación que amplía las normas de protección de datos para Europa y regula a todas las empresas que tienen su sede en Europa. Con esta medida, los usuarios de plataformas tecnológicas poseerán más control sobre los datos que este tipo de empresas usan y además establece cuantiosas multas por la omisión de las reglas.

En México, de igual forma se ha legislado nuevas industrias, entre ellas la de tecnología financiera o fintech ante su crecimiento, emitiendo desde cero una reglamentación para las empresas y usuarios de este tipo de servicios.

Para Hernández Conde, lo primordial antes de tratar de legislar una tecnología o innovación es analizar si ya existe una reglamentación que cubra lo que se contempla regularizar. Y en caso de que no existe una ley, lo correcto es emitir una, tal y como pasó con la Ley Fintech en México.

Hernández Conde destacó que en el caso de México, para la Ley Fintech, una de las cualidades que tuvo el desarrollo de esta regulación fue que los legisladores se rodearon de participantes del ecosistema con el objetivo de analizar mejor todas las partes t tecnologías involucradas en dicha medida.

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