La carga inalámbrica es una tecnología muy innovadora, pero podría suponer un gran problema y esta es la razón.

Para ser más claros, de media la carga inalámbrica usó 21,01 Wh, mientras que la carga con cable usó 14,26 Wh, lo que significa que se invirtió casi un 50% más de energía por la simple comodidad de no utilizar un cable.

Además, se podría decir que la carga inalámbrica es prácticamente una falsa ilusión, ya que sí utiliza cable, pero en lugar de hacerlo directamente al smartphone, se enchufa a la base.

«El teléfono tiene que trabajar más, generar más calor y recolectar más energía cuando se carga inalámbricamente para poder llenar una batería del mismo tamaño», concluyen los responsables de la investigación.

Las consecuencias de la carga inalámbrica

Por ahora, pareciera que se trata de una problemática menor, puesto que no todos los teléfonos se cargan de esta manera, pero si consideramos que compañías como Apple pronto dejarán de incluir cargadores de cable en próximos modelos, la carga inalámbrica tendría que privilegiarse y eso requeriría construcción de docenas de nuevas plantas de energía en todo el mundo.

La investigación hace énfasis en que el mayor consumo de energía por los cargadores inalámbricos probablemente no signifique un pago mayor en la factura de luz de los usuarios pero, «si de repente, los más de 3 mil millones de teléfonos inteligentes que están en uso toman un 50% más de energía para cargar, se suma una gran cantidad. Así que es un problema de toda la sociedad, no un problema personal».

Fuente: Uno Cero