Las primeras vacunas contra covid-19 se tendrán el primer semestre o hasta finales de 2021, aseguró Jarbas Barbosa, subdirector de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), tras subrayar la importancia de «acabar con las falsas expectativas».

«No hay una fecha. Un ensayo en Fase 3 puede suspenderse para hacerse una evaluación en materia de seguridad; puede llegar al final del estudio y requerir un número mayor de voluntarios», explicó.

Los ensayos clínicos Fase 3 tienen diversos procedimientos que no se pueden saltar, entre estos la publicación de los resultados para que sean analizados por pares, preparar un dossier de pedido de registro sanitario y presentarlo ante la autoridades de cada país.

Una de las misiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) será impedir que lleguen a los mercados «vacunas contra el covid-19 producto de la presión política» porque todas deberán pasar por comités de calificación, cumplir con la normatividad de cada país y someterse a un sistema de vigilancia posterior a la comercialización.

Jarbas Barbosa dejó en claro que la OMS cuenta con un equipo de calificación para examinar todas las vacunas que serán adquiridas a través del mecanismo Covax. Se hará un análisis de las dosis «minucioso», así como de los resultados en los ensayos clínicos. Además se promoverá que se efectúe una vigilancia posterior a la comercialización. No obstante, aclaró que «el riesgo de la vacuna contra el covid-19 será similar a cualquiera otra vacuna que ya se ha utilizado durante muchos años».

Precisó que todos los países que firmaron convenios a través del mecanismo Covax tendrán la libertad de adquirir las vacunas que consideren resultaran las mejores opciones, «nosotros solo compramos vacunas que están precalificadas por la OMS». 

Los países que harán compras directas a la industria farmacéutica, abundó, requerirán de que dicho producto obtenga un registro sanitario estricto de las agencias regulatorias y además tengan el aval de la OMS.

«La eficacia de estas vacunas serán muy diferentes debido a que los procesos de producción, pero lo mínimo que se puede aceptar de una vacuna es un 50 por ciento de eficacia, abajo de esto, es casi lo mismo que no vacunar. Lo ideal es que alcancen una eficacia del 70 por ciento», aseveró. Por lo mismo, Latinoamericana debe mantener las estrategias de higiene, de distanciamiento social, evitar conglomeración, usar cubrebocas y considerar lo que está sucediendo en cada estado, provincia, municipio, «ningún país está libre y podemos tener otras oleadas en el futuro» como está sucediendo en Europa.

Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles de la OPS, comentó que el impacto de la pandemia seguramente será mayor de los primeros reportes publicados en la Comisión Económica para América Latina (Cepal) debido a que aún hay una importante transmisión comunitaria.

«La OPS ha trabajado en algunos vestidos con la Cepal donde se proyecta que el Producto Interno Bruto (PIB) va a caer hasta un 9.1 por ciento y la recuperación será lenta. El desempleo, por ejemplo, se estimaba que en el 2019 oscilaría en un 8 por ciento y se proyecta que va a aumentar a un 13.5 por ciento en Latinoamérica», indicó. 

Explicó que «la pobreza también va a aumentar porque tenemos una economía informal muy fuerte nuestras regiones. Por eso la recomendaciones es tratar de controlar la transmisión comunitaria, como primer paso, mantener el virus bajo control o domar la curva, además de crear planes de recuperación y reactivación económica considerando a los grupos más vulnerables como son los pobres, continuar con los esquemas sociales de ayuda y de transferencia monetaria, y después diseñar todo una fase de reconstrucción». 

«Las proyecciones podrían dispararse y el impacto será mayor en caso de que no se mantengan medidas de mitigación, control, eficientes», puntualizó.

Fuente: Milenio

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