El elemento tiene un uso específico, su compra y uso indiscriminado puede tener un riesgo para la salud, dice la especialista María del Sol Alamilla de Universidad La Salle.
Este miércoles 27 de enero la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, junto con Guardia Nacional, la Procuraduría Federal del Consumidor y las empresas certificadas en el sector de oxígeno para uso médico instalaron una mesa de trabajo permanente para atender el robo de tanques de oxígeno.
Desde el 3 de enero a la fecha, se han registrado en el país 14 eventos de robo o fraude, además la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) también emitió una serie de recomendaciones para prevenir cualquier efecto negativo en el uso de tanques y concentradores de oxígeno, como utilizar el oxígeno suplementario únicamente bajo prescripción médica y utilizar concentradores de oxígeno que cuenten con un registro sanitario otorgado por la Cofepris.
La doctora María del Sol Alamilla, especialista en salud de la Universidad La Salle opina que son varios temas los que han provocado esta crisis con el oxígeno suplementario, por un lado los hospitales están saturados y hay pacientes que han decidido o tenido que atenderse en su domicilio y requieren oxígeno; por otro lado, de base existen pacientes que desde antes requerían oxígeno; por último, se empezó a desatar la idea de que toda disminución de la saturación de oxígeno en cualquier paciente que tuviera Covid-19 requiere oxígeno suplementario y “ese es un grave error”.
Hoy, el miedo a sufrir es una constante, “lo que sucede con SARS-CoV-2 es que una de las manifestaciones es en la vía respiratoria, aunque no todos tienen afectación pulmonar, algunos la tienen de leve a moderada y otros avanzan a una enfermedad respiratoria grave, nadie quiere verse sin la posibilidad de este suplemento”.
La especialista explica que el oxígeno es vital, nuestro cuerpo no puede estar sin él, es la base bioquímica para que se lleven a cabo todas las funciones vitales, todos los órganos requieren de una cantidad de oxígeno continua y constante, y en el momento en que nosotros retiramos el oxígeno por cualquier causa se tiene hipoxemia (disminución de oxígeno en la sangre), que lleva a un estado de hipoxia (poco oxígeno en nuestros órganos).
Sin embargo, fue enfática en que no todos los pacientes Covid-19 requieren de oxígeno suplementario, incluso “ha habido casos en donde los pacientes me preguntan dónde encontrar oxígeno para tenerlo por si les da la enfermedad, esto también lo vimos con el papel de baño y los cubrebocas, hay un desconocimiento del uso verdadero del oxígeno y, en esa medida, en lo que pasa la alarma hay una saturación que pone en peligro la vida de muchas personas”.
Por ello la doctora Alamilla pide conciencia social, pues incluso no cualquier saturación es igual al uso suplementario de oxígeno, “por sí sola -dice- la saturación no es un indicador para el uso de oxígeno en domicilio, esto debe estar fundamentado e indicado con receta por un médico, porque también el oxígeno no es inocuo, como cualquier otro medicamento, si lo ponemos cuando no se requiere puede haber intoxicación”, esto sería igual a automedicarse, “este elemento no debería venderse sin receta médica, esta falta de vigilancia ha hecho que se pierda el control de su venta”.
Concluyó diciendo que el tiempo que se usa el oxígeno en una persona que sí lo necesita varía mucho, pero puede llegar a ocupar hasta un tanque al día, de manera que deberían tener al menos dos para poder hacer el intercambio y volver a rellenarlo, “aquí es donde debe entrar la razón y liberar todas estas herramientas para la gente que de verdad lo requiere”.
Fuente: El Economista