La administración del presidente Enrique Peña Nieto tiene en sus manos catapultar el acuerdo aéreo con Estados Unidos si el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) resuelve las deficiencias de su sistema de asignación de slots (horarios de despegue y aterrizaje), que inhibe la competencia aérea y priva a los consumidores de una mayor oferta de conectividad a mejores tarifas, afirmó Alejandra Palacios, presidenta de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece).
“Si el compromiso del presidente Peña es con la competencia y con la competencia en el sector de la aviación y están comprometidos (su administración) en catapultar el convenio aéreo, es importante que se actúe”, refirió Palacios Prieto en entrevista con El Economista. “Según nuestros cálculos cuando una aerolínea entra a competir a una ruta, en esa ruta, las tarifas caen, al menos, 4%. Eso tiene un impacto fundamental en el bolsillo de los mexicanos”, añadió.
La funcionaria recordó que las deficiencias en el AICM fueron identificadas por la Cofece en su investigación de barreras a la competencia e insumos esenciales (cuyos resultados preliminares presentó en febrero pasado), pero recientemente fueron avaladas por el Departamento de Transporte de Estados Unidos (DOT, por su sigla en inglés) en el análisis en el que dicha instancia resolvió autorizar, de forma condicionada, la fusión de las aerolíneas Aeroméxico y Delta y su inmunidad antimonopolio.
En su resolución del pasado 4 de noviembre, el DOT detalló que, dicha autorización estaría limitada a un período de cinco años (regularmente las autorizaciones son por tiempo indefinido), debido a que la falta de transparencia y desorden en el sistema de asignación de slots del AICM inhiben la competencia entre aerolíneas en dicha terminal, por lo que aprobar la concentración y la respectiva inmunidad antimonopolio indefinidamente y en estas condiciones, no sería deseable. “Para el DOT el tema de la poca transparencia en la asignación de slots en el AICM es un tema serio. Coincide con el análisis preliminar que dio a conocer la Comisión en febrero”, afirmó Palacios Prieto.
Además, “el DOT envió dos cartas al AICM preguntándole qué opinaba sobre la investigación de la Comisión, y si se iba a comprometer a transparentar y a regular el procedimiento de asignación de slots en el aeropuerto. El DOT dice que el aeropuerto de la ciudad de México no ha implementado medidas y no se comprometió a hacerlo cuando le hicieron la pregunta”. “Quizás ahora sería distinto y podrían contestar otra cosa en positivo”, confió la funcionaria.
En vigor desde junio pasado, el acuerdo de servicios aéreos México-Estados Unidos elimina las restricciones que prevalecían para que las aerolíneas de las dos naciones pudieran abrir nuevas rutas transfronterizas, lo que derivó en que Aeroméxico y Delta solicitaran autorización a la autoridad mexicana (Cofece) y estadounidense (DOT) para fusionarse y así poder compartir activos y fortalecer su posición en un mercado binacional que, se anticipa, será más competitivo.
Sobre las acciones que ha emprendido recientemente la terminal aérea que dirige Alexandro Argudín para implementar un sistema de asignación, administración y monitoreo de slots —El Economista dio a conocer esta semana que el AICM licita un contrato de hasta 20 millones para ese propósito—, Palacios Prieto únicamente recordó que “toda herramienta remedial tiene que ir acompañada de unas bases regulatorias acordes con ella”.
Señalemos que el presidente electo de Estados Unidos manifestó en campaña estar en contra de los “tóxicos” acuerdos comerciales firmados por su país en los últimos 25 años, por lo que ofreció renegociarlos para obtener condiciones más favorables para su país o, en su defecto, darlos por terminado. De entrada, dio por muerto el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), que impulsaba el aún presidente de los Estados Unidos, Barack Obama.
“De hecho, el TPP sería muy importante, nosotros calculamos que los mexicanos pagamos sobreprecios en calzado 23% porque ese sector está protegido (en México) y coincidentemente, alrededor del 70% del calzado que importamos viene de Vietnam y el TPP incluye a Vietnam. Como consumidores mexicanos tendríamos acceso a calzado más barato si hubiera una aprobación del TPP”, dijo.
Palacios Prieto expresó su preocupación por la creciente percepción generada entre algunos líderes políticos de que los mercados no están funcionando, pero argumentó que “lo que hay que hacer es que el mercado funcione mejor. Y los mercados funcionan mejor en competencia”.
No obstante, en el peor escenario, que sería aquél en el que México viera erosionado su acceso al mercado estadounidense –donde coloca 80% de sus exportaciones–, mencionó la importancia de la política de competencia para el crecimiento de una economía más centrada en su mercado interno.