El negocio de las funerarias ha rendido frutos en los últimos años, pero el negocio de los funerales para mascotas (Funeral Pet), ha crecido de manera explosiva en este año.
Y es que, hoy en día es fácil encontrar cualquier tipo de negocios que atienda a las mascotas mexicanas: desde spas o estéticas, pasando por restaurantes con comida especializada, hasta ahora las funerarias.
Este último negocio ha tenido un crecimiento de aproximadamente 30% durante 2016 de acuerdo con Alejandro García, director general de Funeral Pet, empresa que se dedica a cremar todo tipo de mascotas (serpientes, peces, perros, gatos, etc).
La empresa inició operaciones en 1998 con un solo servicio y estima cerrar este año con 4,000.
“Los primeros cinco años fueron difíciles porque no estábamos acostumbrados a este tipo de servicios por dos cosas: no los había y el trato hacia las mascotas no es como el de ahora”, comentó García.
Funeral Pet participa con el 12% en el mercado de funerarias para mascotas que involucran a cinco empresas legales en el país, juntas reúnen el 30% del mercado y el resto son ilegales.
“Los ilegales, no tienen infraestructura, hornos y los servicios que se deben de prestar y nos están compitiendo con precios bajos con la finalidad de engañar a los propietarios y se llevan a la mascotas y no sabemos donde terminan”.
La inversión que realizará la empresa es al rededor de 2.5 millones de pesos (mdp) por cada tienda que incluyen equipos importados. Adicional invertirán 6 mdp para ampliar su sucursal actual en la parte del estacionamiento y agregar un mausoleo.
En el país se calcula que existen aproximadamente 28 millones de perros y cerca de 8.5 millones de gatos, las mascotas más cotizadas en la población mexicana, de acuerdo con información de la agencia Euromonitor.
Cabe señalar que la compañía mexicana tiene una capacidad de dos hornos crematorios en su única sucursal, en la delegación Venustiano Carranza, y espera tener un crecimiento del 20% en el próximo año con la apertura de dos tiendas más antes de los próximos cinco años.