¿La boda real servirá para impulsar la débil economía británica?

Más allá de los titulares de la prensa rosa, a una mayoría de británicos lo que les importa es el impacto económico que tendrá este enlace para el país, que en el primer trimestre del año tuvo la la expansión más débil del último lustro.

Todos los ojos curiosos del mundo estarán puestos este sábado en el Reino Unido, donde tendrá lugar el enlace entre el príncipe Harry y Megan Markle. Y es que, desde que anunciaran su compromiso hace unos meses y, con permiso del Brexit, la boda entre el nieto predilecto de la Reina de Inglaterra y la actriz estadounidense ha acaparado sin cesar titulares en la prensa británica, pendiente del mínimo detalle sobre el que ha ya sido considerado en el país como el evento del año.

Pero más allá de las informaciones favoritas de los tabloides patrios, lo que verdaderamente importa a una gran mayoría de ciudadanos es el impacto económico que tendrá dicho acontecimiento para el Reino Unido, que en este primer trimestre del año ha protagonizado la expansión más débil de los últimos cinco.

Los expertos más optimistas hablan de un efecto económico positivo de hasta 1,430 millones de dólares de beneficio. Esta es la cifra, por ejemplo, que baraja la firma de consultoría Brand Finance, una estimación que han doblado en las últimas semanas frente a un cálculo inicial que fijaron en unos 500. Otras estimaciones hablan de un impacto que rondará los 1,000 millones de dólares que, en el caso de empresas como Halcyon Days, especializada en la fabricación de objetos relacionados con la Casa Real británica, se traduce en un aumento de las ventas de hasta un 15%.

También se frotan las manos las compañías vinculadas al sector turístico, que ven con buenos ojos el romántico acontecimiento. En esta industria, también esperan beneficios desde Brand Finance: Creemos que entorno a unos 270 millones de dólares procederán de este sector (viajes, hoteles, etc.). Unos 150 millones podrían proceder de las fiestas en paralelo que se celebren con motivo del evento, y otros 57 millones de la venta de camisetas, sombreros y otros objetos conmemorativos. Y, finalmente, un impacto en cuanto a publicidad: la que mostrará al Reino Unido en todo el mundo, y que han cifrado en 170 millones.

Se muestran escépticos, en cambio, en EY ITEM Club. Howard Archer, economista jefe, declaraba a CNN Money, “nos encontramos en un momento político actual muy incierto que presiona los salarios y perjudica a la economía -el PIB apenas creció un 0.1% en el primer trimestre del año-, pero, aunque el hecho de que se celebre un evento de estas características que pueda empujar a la población a consumir más, no sería un comportamiento muy extendido en el tiempo. Por consiguiente, no modificaría los fundamentales económicos a los que tienen que hacer frente los hogares”.

En esta idea coincide Yael Selfin, economista jefe de KPMG, quien apuntaba a la CNBC, y respondiendo a las previsiones más optimistas, que la boda real no será un factor suficiente como para impulsar la economía a los niveles deseados o, mejor, necesarios. “En este caso, el Brexit, podría haber jugado un papel más relevante, provocado la debilidad de la libra y animando a más turistas a visitar el país, sobre todo aquellos procedentes de Estados Unidos. Eso sí podría suponer un mayor gasto, pero no el que el país necesita”.

¿Y los costes?

Está muy bien hablar de ingresos, pero en cualquier balance que se precie es importante también analizar los costes, sin los cuales se haría muy difícil dar con la cifra final una vez pasada la euforia del gran día. Así, mientras una boda suele costar de media en el Reino Unido unos 37,000 dólares, la que nos ocupa estos días podría situarse en los 2,700 millones de dólares, eso sin contar el despliegue en seguridad. Es la estimación que ha ofrecido Aimee Dunne, wedding planner de lujo, a CNBC.

Si desgranamos el presupuesto estimado por partidas, tenemos 91.000 dólares en comida y bebida, 17,000 dólares en flores o los 36,000 dólares que podría costar el vestido de novia, aunque la futura esposa ya se ha apresurado a confirmar que esto último correrá de su cuenta.

La Casa Real ha afirmado también vía comunicado que asumirá los gastos del enlace que incluye la ceremonia, la decoración o la recepción posterior.

Sí hay una partida que correrá a cargo de los contribuyentes, la partida en seguridad. Bridebook aporta en este punto el dato que nos faltaba: garantizar que los novios y sus más de 4,000 invitados disfruten de los fastos en la más total tranquilidad supondrá unos 40,000 millones de dólares.

Comparaciones inevitables con la boda de Guillermo y Catalina

La experiencia es un grado, y si de algo saben los británicos, es de bodas reales. No en vano todavía está fresca en la memoria la que protagonizó en abril de 2011 su hermano, el príncipe Guillermo, con Kate Middleton. En aquella ocasión, el resultado final distó mucho de las previsiones más halagüeñas, que apuntaban a un aumento de las arcas de unos 2,000 millones de dólares.

Según la Oficina Nacional de Estadística, el impacto fue más bien plano. Según PwC, apenas se generaron unos 145 millones de dólares de gasto: cifras positivas para el sector minorista, pero menos del 4% que los británicos desembolsaron, por ejemplo, durante el Black Friday de ese mismo año.

Afirma incluso a Money.CNN que, aunque el impuso fuera apreciable en este mes de mayo, podríamos asistir posteriormente a una caída en junio. Un comportamiento que ya tuvo lugar hace siete años.

La Oficina de Estadística Nacional también hizo sus cálculos tras en enlace del primogénito del Príncipe Carlos. En aquella ocasión, el crecimiento del PIB interanual fue inferior tras el evento.

Además, en dicha ocasión, la productividad también se vio afectada, pues el gobierno dio un día libre a todos los británicos para que pudieran seguir la boda real. Un tanto que los de Brand Finance se anotan a su favor. Richard Haigh, director de la firma, apunta, “en esta ocasión no vamos a disfrutar de un día libre, lo que, obviamente tendrá sus repercusiones. El día libre de 2011 tuvo un impacto económico negativo de cerca de 1.600 millones de dólares. “Si descontamos ese factor, solo podemos ir a mejor”, concluye.

Y no todo van a ser malas noticias de aquel mítico 2011 para los británicos. El sector turístico sí creció ese año, con un total de 30.6 millones de turistas extranjeros visitando el país, lo que supuso un incremento de 800,000 con respecto a 2010. En el mes concreto de abril, cuando tuvo lugar el enlace, 350,000 turistas más visitaron Reino Unido con respecto a abril del año anterior. Y lo más importante, con tres retoños habitando ya en el Palacio de Kensington, la sucesión está asegurada.

Fuente: https://www.forbes.com.mx/boda-real-reino-unido-impulso-economico/