La ciudad de Tijuana, donde miles aguardan en espera de asilo, recibirá a los migrantes que el gobierno de EU decidió regresar.
CIUDAD DE MÉXICO/NUEVA YORK – Estados Unidos enviará de regreso este viernes a México a un primer grupo de migrantes que aguardan respuesta a solicitudes de asilo en ese país, dijeron el jueves funcionarios mexicanos y estadounidenses, marcando un importante cambio de política por parte de la administración del presidente Donald Trump.
Los migrantes llegarán a la ciudad fronteriza de Tijuana, donde miles de centroamericanos esperan desde hace meses una oportunidad para poder entrar a Estados Unidos de manera legal, huyendo de la violencia y la pobreza en sus países.
La política denominada protocolos de protección al migrante, anunciada por primera vez el 20 de diciembre, devolverá a inmigrantes no mexicanos que cruzan la frontera sur estadounidense en México mientras sus solicitudes de asilo se procesan en los tribunales de inmigración de Estados Unidos.
El objetivo del plan es reducir el número creciente de familias que llegan en su mayoría de Centroamérica y dicen que temen regresar a sus países de origen debido a las amenazas de violencia. La administración de Trump dice que muchas de las reclamaciones no son válidas.
Los niños que viajan solos y algunos migrantes de «poblaciones vulnerables» podrían ser excluidos caso por caso, dijo el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos en una nota informativa.
El gobierno de México dijo en diciembre que autorizaría por razones humanitarias y de manera temporal el ingreso de algunos extranjeros provenientes de Estados Unidos, luego de que su vecino del norte le informó de sus planes de devolverlos a México mientras tramitan sus pedidos de asilo.
La postura mexicana fue vista entonces por muchos como una concesión temprana al gobierno del presidente Donald Trump por parte de su par mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien asumió el cargo el 1 de diciembre.
Un portavoz de la cancillería mexicana dijo el miércoles que funcionarios de ambos países se han reunido dos veces para resolver los detalles del plan, pero que México no aceptará a nadie que pertenezca a grupos vulnerables, tenga miedo fundado de una persecución en el país o que requiera de atención especial.
Los cruces ilegales en la frontera han disminuido drásticamente desde su nivel más alto en décadas anteriores, pero en los últimos años más familias y niños no acompañados de El Salvador, Honduras y Guatemala han estado migrando a Estados Unidos y las solicitudes de asilo se han disparado.
El año pasado, cerca de 93,000 personas buscaron asilo en la frontera sur estadounidense, un 67% más que en 2017, según datos del gobierno de Estados Unidos.
Entre octubre y noviembre, miles de centroamericanos escaparon de la pobreza y violencia en casa y atravesaron México en varios grupos rumbo a Estados Unidos. Según el Gobierno mexicano, casi 10,000 personas integraron esas numerosas caravanas de migrantes.
Varios miles aún se encuentran en el norte de México, otros regresaron a sus países de origen y algunos no tuvieron suerte y perdieron la vida.