Por qué México y Venezuela obligan a América Latina a importar masivamente gasolina de Estados Unidos

Las refinerías estadounidenses operan a toda máquina. Mientras sus contrapartes latinoamericanas sufren, los productores de combustible de Estados Unidos se regodean llenando los huecos dejados. Las plantas que convierten el petróleo en productos valiosos como la gasolina y el diésel en México y Venezuela están reduciendo su producción o cerrando, impulsando la demanda hasta fines de año.

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«La demanda de América Latina es muy fuerte este año, conforme las refinerías locales pasan apuros», dijo Joseph Israel, presidente ejecutivo de la refinería estadounidense Par Petroleum en una entrevista en Houston el miércoles. «En 2016, América Latina no pudo superar una tasa de utilización de 65% en un entorno de margen de refinación muy oportunista. Bueno, este es un golazo para las refinerías estadounidenses».

La petrolera estatal venezolana, Petróleos de Venezuela SA (PDVSA), acudió al mercado esta semana buscando comprar 13 millones de barriles de productos petrolíferos desde julio hasta finales de año. Por su parte, la estatal mexicana Petróleos Mexicanos (Pemex) está reservando cargas de importación para llenar rápidamente los vacíos dejados después de que su principal refinería, la planta de Salina Cruz en la costa del Pacífico, sufriera un incendio fatal. La refinería de 330.000 barriles diarios estará fuera de función por al menos otras dos semanas.

El déficit se produce cuando la utilización de refinación en Venezuela se hundió hasta 43% este mes. La producción de México no fue mucho mejor: 60% en abril. Ese nivel podría haber caído hasta 40% este mes con la interrupción de Salina Cruz. Si bien el envejecimiento del equipo, aunado a una falta de nuevas inversiones, ha contribuido a frenar la producción, no es el único factor.

«Es un tema más complejo que las inversiones. Creo que es un tema complejo de política», dijo Israel. «En algunos casos, el gobierno no quiere que funcionen a su máxima capacidad debido a problemas sindicales y a algún programa para vender o no vender».

El Golfo de México, centro neurálgico

Las refinerías estadounidenses, en particular las ubicadas a lo largo del Golfo de México, ahora dependen del hipo de América Latina como fuente constante de demanda. A pesar de que la demanda interanual de gasolina se ha contraído y los márgenes de utilidad son más débiles este año, las refinerías estadounidenses están funcionando a toda máquina, superando una producción récord de 17,7 millones de barriles diarios el mes pasado.

Cuando las exportaciones de gasolina alcanzaron un récord de 927.000 barriles diarios en diciembre, más de la mitad del suministro fue enviado a México. El 15% de los 1,2 millones de barriles diarios de exportaciones de destilado de Estados Unidos se envió a México también, mientras que 54% de ese total llegó a Centro y Sudamérica el año pasado, según datos de la Administración de Información de Energía (EIA, por su sigla en inglés).

«Mírelo de esta manera: la costa del Golfo de Estados Unidos tiene mucho exceso de capacidad», dijo Mason Hamilton, analista de EIA, en una conferencia en Houston el martes. «No son muy buenos para agregar capacidad en Sudamérica y Centroamérica, por lo que hay un ajuste natural allí».

La costa del Golfo de Estados Unidos tiene un superávit de suministro, por lo que la demanda agregada de México y Venezuela es oportuna.

Si la refinería Salina Cruz de México permanece cerrada por un mes entero, se necesitarán 2 millones de barriles de gasolina para cubrir el vacío, dijo Mark Broadbent, el principal analista de investigación de la firma de consultoría Wood Mackenzie, en Houston. Pero el suministro extra no será transformador.

«Otros 2 millones de barriles en forma temporal no van a ser el tipo de evento que realmente sacude al mercado demasiado», dijo Broadbent por teléfono el martes.

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