Invertir en resiliencia es costoso y podría llevar décadas. Pero la buena noticia es que ésta no significa 100% de aversión al riesgo, lo cual sería ineficiente.
La resiliencia práctica significa diversificar los aspectos más críticos de su negocio mientras se acerca a los mercados finales.
Desenredando el talento y la I+D
El impulso inicial de estar más cerca de los mercados finales, diversificarse geográficamente y responder a las presiones de gobiernos locales y reguladores llevó a las empresas a desenredar sus cadenas de suministro. Ahora están ampliando esos esfuerzos a los centros de I+D (Investigación y Desarrollo), talento e innovación.
La industria de los semiconductores está incentivando la construcción de nuevas fábricas fuera de ubicaciones históricas, principalmente dirigidas a chips más nuevos en geometrías de nodos más pequeños, pero las nuevas fábricas tardan de tres a cinco años en entrar en funcionamiento y producir chips en volumen.
Reubicación de proveedores. Los fabricantes de tecnología que tienen sus instalaciones concentradas en una región o que venden en mercados en el lado opuesto del mundo están aumentando la resiliencia y mejorando la eficiencia al diversificar su huella de fabricación a nuevas ubicaciones en Asia, Europa y América del Norte.
Algo a considerar es que a las empresas les llevará tiempo trasladar la producción y también tendrán que equilibrar el riesgo de un exceso de oferta a medida que nuevos sitios entren en funcionamiento.
Reubicación de I+D y talento. Las restricciones se movieron más rápido de lo esperado y afectaron al talento y a la I+D.
Las empresas tecnológicas están aprovechando mercados con concentraciones de habilidades específicas. Además, están reubicando estratégicamente funciones y roles críticos para el negocio a áreas con menor riesgo geopolítico.
Los enfoques incluyen duplicar capacidades de alto valor en varias ubicaciones, documentar procesos en riesgo en caso de que sea necesario replicarlos en nuevas ubicaciones y contratar más empleados en geografías más seguras.
Las implicaciones
Dado el alto costo y el compromiso de tiempo para desarrollar la resiliencia, algunas empresas están esperando al margen mientras otras dan el primer paso. Si bien no es esencial ser el primero en actuar, sí es fundamental no ser el último. La clave es tener un plan en marcha.
Identificar áreas críticas. A lo largo de la cadena de suministro (fabricación, proveedor de componentes, I+D, talento), las empresas deberían comenzar por evaluar qué partes del negocio son estratégicamente más importantes y más susceptibles a los riesgos.
Evaluar opciones. Al revisar la complejidad, las empresas deberían considerar lugares donde los gobiernos estén facilitando los negocios.
Estar listo para invertir. Las empresas tecnológicas tendrán que coinvertir y compartir conocimientos para apoyar el reequilibrio de las cadenas de suministro, contribuyendo al desarrollo más amplio de nuevos ecosistemas de proveedores locales.
Antes de iniciar, probar. Las empresas pueden comenzar con productos más pequeños y menos importantes para evaluar los mercados, evitando el riesgo de retrasarse. Pueden pasar a productos principales después de afianzarse en nuevas ubicaciones.
Es probable que las inversiones actuales en resiliencia creen nuevos centros y ecosistemas y, al mismo tiempo, cambien el panorama competitivo. Ahora es el momento de comenzar a realizar inversiones para garantizar la resiliencia del talento y las cadenas de suministro.