La semana pasada, a través de un anuncio en línea, la Secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, dio a conocer la participación de la Organización Internacional del Trabajo, como observadores de la consulta para la legitimación del Contrato Colectivo de Trabajo en la planta de GM Silao.
Cabe señalar que este proceso tendrá lugar los próximos 17 y 18 de agosto. Las miradas externas presionan más este proceso, en el cual los trabajadores se juegan su futuro laboral y organizacional.
La presencia de la OIT no es fortuita, ya que el proceso ha llamado la atención a nivel nacional e internacional. El proceso es el primer caso en el que se ha puesto en marcha el mecanismo de respuesta rápida, previsto en el T-MEC. A través de éste, el gobierno de los Estados Unidos solicitó a su homólogo mexicano que se realizara un proceso de reparación.
Desde la primer consulta, en el mes de abril, el proceso estuvo marcado por irregularidades, con la intromisión de agentes externos a la planta durante el día de la votación. Encabezados por Israel Cervantes y su organización, Generando Movimiento, propiciaron irregularidades para que los supervisores de la Secretaría del Trabajo anularan el proceso.
Los escenarios
1-. Precisamente, Generando Movimiento ha servido a la intromisión de actores externos, nacionales e internacionales, al proceso interno. Se ha hecho público que detrás de Cervantes se encuentra el líder minero, Napoleón Gómez Urrutia, quien financia y apoya políticamente esta organización. Generando Movimiento ha impulsado el voto por el No, escenario en el cual los trabajadores podrían terminar con una nueva representación a manos de Cervantes, personaje con múltiples señalamientos de violencia, consumo de estupefacientes y acoso. Por si fuera poco, esto propiciaría que Gómez Urrutia expanda a la planta las conocidas prácticas de extorsión a empresarios y corrupción.
2-. Otro escenario supone la posibilidad de que la planta mude parte de su producción a otros países. Se ha dado a conocer que sindicados estadounidenses y canadienses están usando el T-MEC para lograr que empresas de la industria automotriz regresen su producción a estos países. Esto supondría un recorte de plazas a corto o mediano plazo. De nueva cuenta, Napoleón Gómez Urrutia es quien ha permitido esta intromisión, ya que cuenta con una estrecha relación con líderes de las principales centrales obreras de estos países.
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Ninguna de estas posibilidades es más benéfica a los intereses de los trabajadores que la representación actual. Cabe señalar que la disidencia no ha expuesto propuestas, más allá del rechazo al Sindicato Miguel Trujillo López. Tampoco han sido claros con los trabajadores sobre qué pasaría en caso de una votación en contra.
¿Democracia vs autonomía?
El argumento que ha esgrimido es el combate a los contratos de protección y democratizar los sindicatos. El gobierno mexicano ha utilizado este proceso para demostrar su compromiso con los derechos laborales. En el caso del gobierno estadounidense, busca generar precedentes que legitimen su posterior intervención en diversos procesos de democracia interna sindical.
Este riesgoso precedente implicaría que los gobiernos del país del norte puedan apelar al T-MEC y el mecanismo de respuesta rápida y así presionar a nuestro país. Sin embargo, más que democracia, los gobiernos de esos países responden al cabildeo de los sindicatos, los cuales quieren representaciones afines a sus intereses. Es por ello que no les importa violar la autonomía de la vida sindical interna.
Es conocido que el gobierno del vecino del norte emplea mecanismos económicos y militares para violar la soberanía de los países que no responden a sus intereses. Para ello, usa la bandera democrática. Así, el proceso en GM Silao les brinda una nueva forma de intervenir.
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Es por eso que, en manos de los más de 6 mil trabajadores de GM Silao, está su futuro y el de la soberanía nacional.
Fuente: Redacción
