Trabajadores de la salud y residentes de centros de cuidado a largo plazo recibirán las primeras vacunas contra el covid-19 en EE.UU.

Los miembros de la Comisión Asesora de Prácticas de Vacunación de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. decidieron que las primeras dosis de vacunas contra el nuevo coronavirus serán administradas a los trabajadores de la salud y a los residentes de centros de cuidado a largo plazo.

Hola, soy el Dr. Elmer Huerta y esta es su dosis diaria de información sobre el nuevo coronavirus. Información que esperamos sea de utilidad para cuidar de su salud y la de su familia. Hoy veremos quiénes son las personas que recibirán las primeras dosis de vacunas contra el covid-19 en Estados Unidos.

Por fin llegó el día en que se decidió quienes serán las primeras personas –además de los que la recibieron en ensayos clínicos– que recibirán las primeras dosis de vacunas en Estados Unidos, una vez sean aprobadas.

¿Quiénes se vacunarán primero en EE.UU.?

En una reunión virtual auspiciada por los Centros de Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés), los 14 miembros de la Comisión Asesora de Prácticas de Vacunación, un panel independiente, votaron 13 a 1 para que las primeras dosis de vacunas sean administradas a los trabajadores de la salud y a los residentes de centros de cuidado prolongado.

Los residentes de centros de cuidado prolongado son aquellos adultos que viven en lugares que brindan una variedad de servicios, incluida atención médica y personal a personas que no pueden vivir de forma independiente». Es el caso de las residencias de ancianos.

Por su parte, el personal de atención médica abarca a aquellas personas remuneradas y no remuneradas que prestan servicios en entornos de atención médica. Además son personas que tienen el potencial de exposición directa o indirecta al virus o a materiales infecciosos». Estos grupos no solo incluyen a los trabajadores de la salud que atienden a los pacientes, sino también a los trabajadores de servicios como alimentación, lavandería, limpieza, etc., que permiten el funcionamiento del sistema de salud.

Las vacunas de Pfizer y Moderna

Recordemos –como lo mencionamos en los episodios del 9 y del 16 de noviembre– que los laboratorios Pfizer y Moderna anunciaron mediante sendos comunicados de prensa que sus vacunas candidatas habían mostrado una efectividad de aproximadamente 95% y que estaban ya listas para solicitarle a la Administración de Medicinas y Alimentos de Estados Unidos (FDA) una autorización de uso de emergencia de sus productos.

Pfizer lo hizo el 20 de noviembre y Moderna, el 30 de noviembre, y las reuniones de la FDA para discutir la autorización de las vacunas serán el 10 y el 17 de diciembre respectivamente.

De acuerdo con los CDC, se necesitarían unas 48 millones de dosis de las vacunas de Pfizer y Moderna para vacunar a esos dos grupos de riesgo durante los primeros meses de 2021.

Sabiendo que una persona necesita dos dosis de esas vacunas, eso alcanzaría para vacunar a 24 millones de personas, 21 millones de trabajadores de la salud y 3 millones de residentes de centros de cuidados prolongados.

Los CDC informaron que los residentes de centros de cuidados prolongados constituyen solo el 6% de los casos de coronavirus. El organismo indica que representan el 40% de las muertes por covid-19 en Estados Unidos. Por otro lado, más de 240.000 trabajadores de la salud se han infectado con el nuevo coronavirus y 858 han muerto.

Un voto en contra para vacunar a residentes de centros de cuidado a largo plazo

El único voto en contra de la recomendación provino de la Dra. Helen Talbot de la Universidad de Vanderbilt. Dijo que le preocupaba que la vacuna no se hubiera estudiado en personas de centros de cuidados prolongados.

Ella dijo además algo muy interesante y que merece una reflexión como un ejemplo de sesgo que puede ocasionar malentendidos acerca de la seguridad de las vacunas.

La Dra. Talbot dijo que debido a que los ancianos que viven en centros de cuidados prolongados tienen una salud muy frágil y fallecen regularmente por diversas causas, el hecho de que algunos de los vacunados fallezcan por alguna razón no relacionada con la vacuna, podría hacerle creer a la familia que fue la vacuna la que causó la muerte. Muchos nietos podrían decir: “Mi abuela murió a los pocos días después de recibir su vacuna; la vacuna fue la que la mató”, cuando la realidad es que la muerte no fue causada por la vacuna.

Los miembros de la Comisión Asesora dijeron en su reunión, que además de prevenir infecciones severas de covid-19, se espera que las vacunas ayuden a recuperar la economía de los países afectados y que en su próxima reunión, decidirán cuáles serán los próximos tres grupos de riesgo que recibirán la vacuna el próximo año: trabajadores de sectores esenciales, personas mayores de 65 años y personas de cualquier edad con condiciones médicas que los predispongan a complicaciones.

No sabemos aún cuánto tiempo tomará vacunar a la población mundial, pero con su decisión del primero de diciembre, los CDC abren las puertas de una de las campañas de vacunación más grandes de la historia de la humanidad, solo comparable a la que se hizo durante 14 años –entre 1966 y 1980– para erradicar la viruela.

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Fuente: CNN