Por Dora Isa González
Benito Juárez nos enseñó que, “el respeto al derecho ajeno es la paz”, sobre defender la soberanía y la dignidad, así como encausar los valores liberales y nunca declinar ante la imposición. Hoy la 4T contraría eso, ya no puede mirarse a un espejo. Ahora, desde otra trinchera nos tocará ser la voz que llame al recuerdo.
Estos dos meses ha sido de llamadas de distintos rincones, en que conversamos de lo que se suscita en México, donde la sensación en común ha sido de preocupación ante un proceso electoral que se conduce con particular violencia y contradicciones. Una de esas frases que retumbó en mi pecho es: -Dora, temo por mi vida -, dichas por una persona de mi alta estima que compite democráticamente por alcanzar un puesto de representación en otra región.
También he platicado con amistades de otras naciones, que no pierden la oportunidad para que les de mi punto de vista sobre lo que pasa nacionalmente, ante el recibimiento de noticias de que la violencia política en México es el pan de cada día.
En lo que va de este proceso, han asesinado a más de 20 candidatas y candidatos en el país, la gran mayoría en Guerrero, además, se han asesinado funcionarios públicos relevantes para la justicia, y no se diga, de la multitud de descuartizados, así como desapariciones que tenemos casi en cada entidad federativa con mayor continuidad que en años anteriores.
A su vez, hay una consternación por la sustancial elección de perfiles con público historial participante en el crimen organizado, la gran mayoría dentro del partido guinda y sus aliados, por ser el “oficial”. Como me lo han expresado: es sabido por la gente que son los que nos piden derecho de piso, otros, están involucrados en la trata de personas, unos más son parientes de los más renombrados narcos, quienes están garantizando que voten por ellos a punta de pistola.
Para quienes hemos llevado una lucha por la transformación de México (que es más allá del obradorismo) y que depositamos nuestra esperanza en el 2018 a favor del actual régimen, nos han dejado entre la espada y la pared, entre aceptar la unidad ciega ignorando lo que es obvio: “poner a personas que carecen de conciencia social no traerá la trasformación por el bienestar y la igualdad nacional”, o, por otro lado, al contrariarlos, convertirte en el enemigo del oficialismo.
Eso me recuerda a los años consiguientes a la llegada del “nacional socialismo” (nazis) en Alemania, en que eran la “izquierda” de su tiempo, y en nombre de ser la verdad, muchas atrocidades fueron realizadas. La llamada a la unidad sin reflexionar qué estamos haciendo, significa caer en la “banalidad del mal”.
Ya sea populismo, derecha o izquierda, cualquier ideología es susceptible de convertirse en una cortina de humo que esconda detrás de sí, el egoísmo, autoritarismo y las mayores injusticias hacia una sociedad. La clave está en detectar cuándo te están ordenando que le abras la puerta a tu verdugo.
¿Qué fue lo que sucedió, no hubo tal intención de lucha? Quiero pensar que inició como una lucha auténtica, sin embargo, quien ahora está en la silla, solo le importa irse porque ya logró llegar, mientras que los que han estado detrás recargándose en su sombra, se han conformado sin comprender cuál fue la clave de su éxito (una causa vivificada y una coyuntura) o en su caso, nunca tuvieron tales intenciones porque lo vieron como un trampolín para escalar con el simple requisito de repetir palabras vacías para el pueblo y mantenerse como zánganos del héroe.
¿Y sobre este 2024 en la designación de candidaturas de conocida reputación en la maña? puede que lo hayan visto como un método para saldar cuentas, garantizar votos o tenerlos “controlados” dentro del sistema, sin embargo, existe un grave error en esa estrategia, y es que los miembros del “narco” son usuarios económico, no políticos, que buscan la acumulación de riqueza, que, a diferencia de las grandes empresas monopólicas que tienden al abuso curveando la ley y abusando de sus trabajadores, en este caso, estos usuarios se han hecho de las riquezas y de su posición, no solo al margen de la ilegalidad, sino específicamente violando derechos humanos.
Si a dichos usuarios se les da cabida en el sistema político, ya quiero imaginar en tres años cuando entren en disputa unos con otros para alcanzar más dominio: será un baño de sangre. A la vez traerá un tipo de post neoporfirismo más letal que cualquiera que hayamos visto en la historia mexicana, en que la desigualdad será más intensa y nos retornará a un estado de naturaleza en que cada persona se deba hacer justicia por su propia mano.
Algunos empresarios ya se acostumbraron a pagarles para garantizarles tránsito y seguridad a sus locales, pensando que es mejor que el gobierno. Nada más les recuerdo que hace 20 años eso se decía en Guerrero y Michoacán, hasta que se pasaron los límites de robar personas e imponer reglas incapaces de sostener. Ahora hay autodefensas en pie de lucha para proteger a sus familias y sus vidas.
Y, para quien hace poco declamó un discurso en el Natalio del Benemérito de las Américas en su propia reflexión no vio la consecuencia de sus decisiones: cuando Juárez murió, dejó a medias un proyecto que fue secuestrado por agentes económicos que él mismo integró para contraponerse a los poderes de la iglesia, fue lo que precisamente llevó al mordaz porfirismo con consecuencias graves de pobreza para la sociedad mexicana, en este caso, lo que se murió fue la lucidez de un luchador social que se sienta pero ya no se escucha.
Vienen tiempos oscuros, porque una vez realizada una acción, esta conduce el resto del destino de una nación: he aquí el valor de la política, que a todo ciudadano le debe importar.
Es por eso que son tiempos de abogar por el patriotismo, defender la dignidad y el futuro del país. No debemos caer ante las amenazas, porque una vez estemos dentro de la jaula, ¿cómo podremos escapar?
Hay muchos que, por temor de perder su cuota, han decidido alinearse al oficialismo, otros más tienen la esperanza que las cosas funcionen, sin embargo, puedo asegurar, por el conjunto de factores, cualquier “buena intención” de un grupo se verá consumido por los nuevos usuarios que dominan el juego, incluso el nuevo gobierno, llegando así, corre el riesgo de neutralizar su propia función ante las disputas que vendrán en el próximo sexenio de la denominada continuidad. Solo queda consolidar los contrapesos en este proceso electoral.
En mi caso particular, decidí participar por un cargo de elección popular, ser alcaldesa de Benito Juárez en la Ciudad de México, misma que fue una decisión de vida, como un primer paso para un proyecto a largo y de mayor alcance, porque no quiero morir sin antes decir que luché por un México mejor, que, desde unos años para acá temo profundamente el rumbo que estamos llevando por el aumento de la inseguridad y la delincuencia.
Sin embargo, en el proceso, también terminé siendo una de las muchas personas que, sin respetarnos nuestros procesos democráticos, nos impusieron a otro perfil de cuestionable honorabilidad:
A pesar de confirmarse mi precandidatura por el Partido del Trabajo, fue impuesta otra persona por medio de un proceso viciado (siglada por el PT para que fuera en común junto a Morena y el PVEM, aunque debía siglar el PVEM) el cual, estoy cuestionando desde las instancias legales correspondientes.
Durante las conversaciones previas, me hicieron llegar aseveraciones que se contradecían unas con otras, destacando en estos momentos las que al final resultaron y … resultarán ciertas: -ya está decidido quién va ser-, -no habrá encuesta-, -aunque la ganes se las ingeniarán para que sea la otra persona-, -se puso a esta persona porque es para perder-.
Posterior a mi posicionamiento junto a quien considero un gran servidor público para defender el Estado de Derecho en Benito Juárez, finalmente, me llegaron las palabras de una figura pública guinda que me harían tomar las decisiones consiguientes de deslindarme de un movimiento en el que creí: -no queremos que hagas campaña y tememos que no nos dejes trabajar en el tema inmobiliario-.
Para adelantar un hecho que da luces de lo anterior y de quién vino el mensaje:
Resulta que, en conversaciones con vecinos de mi colonia en San José Insurgentes, salió un suceso en 2021 en que los vecinos lograron clausurar una construcción irregular y fueron posteriormente amenazados por la maña: “Sí, fue terrible, hasta las señoras fueron maltratadas”. Tal inmueble fue construido por medio del INVI del Gobierno de la Ciudad de México, siendo beneficiado un conocido gestor perteneciente al Bloque Urbano Popular del Movimiento Nacional por la Esperanza y que, dicho por él mismo, se lo compró a la actual candidata de Morena (pero siglada por el PT) a la Alcaldía, también dicen, al parecer participó el que curiosamente va por la concejalía por dicho partido.
Fuente: Informante Centro