La reciente explosión de una vivienda en Reynosa ha puesto nuevamente bajo el foco las tragedias similares ocurridas en la región, como la registrada en Matamoros el 30 de junio de 2023. En aquel fatídico día, la casa de «Thalía N» fue destruida por una explosión, dejando a la joven gravemente herida y con quemaduras. Su familia no ha dudado en responsabilizar a la empresa distribuidora de gas natural, Engie, acusándola de negligencia por una supuesta fuga en la red de gas.
Según la familia, en 2023 se registraron 300 reportes de fugas de gas natural en la zona, lo que señalaría una amenaza constante. Sin embargo, los registros de Protección Civil cuentan otra historia: de esos 300 reportes, solo tres se relacionaban con gas natural, y todos fueron clasificados como menores. La investigación de las autoridades, junto con la de la empresa, no encontró pruebas de una fuga en la red de gas, lo que arroja serias dudas sobre las acusaciones.
El debate se complica aún más con la reciente explosión en Reynosa, donde la acumulación de pólvora en una vivienda fue la causa de una tragedia que cobró la vida de dos personas. Inicialmente, los rumores apuntaban nuevamente a una fuga de gas, pero la investigación oficial reveló que el verdadero origen fue la manipulación de material altamente explosivo.
Estos eventos ponen en evidencia la complejidad de las causas detrás de estas explosiones. Desde la negligencia de contratistas hasta la acumulación de materiales peligrosos, la comunidad de Matamoros enfrenta un desafío enorme para evitar que tragedias similares sigan ocurriendo. La solución no está en buscar culpables sin pruebas, sino en una colaboración efectiva entre autoridades, empresas y ciudadanos para identificar y mitigar los riesgos reales.
La explosión en la colonia Buenavista es un recordatorio doloroso de que la seguridad debe ser una prioridad compartida. Solo a través de la transparencia, la responsabilidad y la acción conjunta se podrá prevenir que estas tragedias se repitan en el futuro.