Adiós TMEC, hola, Guerra Comercial

Al momento de empezar a escribir esta colaboración todo mundo (literalmente) tenía claro que el gobierno de EU aplicaría aranceles de 25% a todas sus importaciones de México y Canadá. Unas horas más tarde, tras una entrevista televisiva con el secretario de Comercio, Howard Lutnick; muchos ya pensaban que el presidente Donald Trump estaba vacilando sobre la aplicación de tal medida.

Así, con un tono “perdonavidas”; el secretario Lutnick dijo que sus “socios” comerciales estaban tratando de demostrar que van a hacerlo mejor y que podría anunciar un “alivio” arancelario.

Aun con esa incertidumbre, me atrevo a pensar que, con pausa o con alivio arancelario, Trump mató el TMEC. Si tu socio comercial, el que supuestamente te prefiere por sobre otras naciones, te aplica un sopapo de ese calibre; ¿quién confiaría ya en su palabra o en su firma?

La desconfianza contra EU ya caló en Norteamérica. Ya nos dimos cuenta de que la lucha contra el fentanilo solo es pretexto de Trump para sacar recursos con los cuales pueda tapar su elevadísimo déficit fiscal. Sí, es una medida comercial, pero también con claro tinte político. Trump quiere lucirse ante su electorado, así como se lució con el ucraniano Volodimír Zelensky. Es un reality show.

Por eso, la respuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum el domingo, tendrá una parte arancelaria, pero con su dosis política al enseñar su músculo en el Zócalo de la CDMX. Muchos se olvidan de que un pueblo bien organizado y dirigido (borregada dirán algunos) puede ser muy peligroso (o efectivo) en cualquier cruzada electoral o de boicot.

Legalmente, el TMEC está muerto; Donald Trump lo mató con la aplicación de aranceles. Falta saber si el establishment que lo colocó en la presidencia de EU le obliga a recular o salir con una de sus tantas maromas. El impacto financiero de ayer en los mercados de valores de todo el mundo y el previsible impacto inflacionario a corto plazo en EU, son dos argumentos que juegan a favor de México.

Quienes piensan que la respuesta del Gobierno de México es tardía, están bailando al mismo compás que Canadá y su ministro Justin Trudeau; pero también bailan el son que Trump les puso a bailar. La lógica de arancel contra arancel es muy básica y predecible, por eso Trump ya amenazó con elevar más las tarifas a Canadá. Eso era lo que él quería, meter a todo el mundo en una Guerra Comercial en la cual solo ganarán quienes tengan un mercado interno fortalecido.

Por eso, jugar a la tensión política es más desesperante para quien apuesta una respuesta inmediata. Responder con mesura y análisis afecta a todos los financieros especuladores que patrocinaron al nuevo gobierno de EU. Incluso, esperar varios días para responder formalmente, puede darle tiempo a Trump para que se le baje la espuma a su chocolate y pueda maromear de una manera más eficiente. ¡Que no panda el cúnico!