Tras la estridencia política de la elección presidencial de Estados Unidos, tal parece que la música de fondo comienza a ser más clara en términos financieros. Ya con los pies más puestos sobre la tierra, el presidente electo Donald Trump estaría bajándole dos rayitas a su volumen pues los nombramientos de su gabinete están modulando el ruido.
Con la llegada de Scott Bessent como secretario del Tesoro de Trump, parece que está bajando el estruendo. Pero cuidado, porque un fade out no es lo mismo que un cambio de ritmo.
Bessent, un veterano de Wall Street, comparte la idea de tener un dólar fuerte, apoya los aranceles pero tiene una visión gradualista para implementar restricciones comerciales. Esto equivale a un buen remix pues estaría controlando mejor los tiempos y los tonos del estilo Trumpista.
Como todo buen setlist, siempre hay una pausa antes del clímax. El dólar, que había escalado a máximos en los últimos meses, comenzó la semana en un retroceso. El índice dólar, que mide la fuerza de la moneda frente a otras seis divisas, cayó un 0.6%.
Asimismo, los mercados de bonos, que habían estado en una carrera frenética desde la victoria republicana, también dieron un giro. El bono estadounidense a diez años ajustó su rentabilidad al 4.3%, diez puntos por debajo de su máximo reciente.
El impacto de Bessent no se limita al mercado de deuda y Wall Street se balancea al compás de su llegada. El lunes, el S&P 500 recuperó los 6,000 puntos, mientras que el Nasdaq 100 avanzó por encima de los 20,800. En medio de una semana acortada por el feriado de Acción de Gracias los índices principales parecen entrar en el bluid up de las próximas fiestas de fin de año.
Sin embargo, no todo es armonía. La letra pequeña del plan de Bessent incluye un dólar fuerte respaldado por aranceles. Esto sugiere que el retroceso actual podría ser un paréntesis breve antes de que el billete verde vuelva a tomar protagonismo en la partitura económica global. Por eso el yen japonés y el peso mexicano aprovecharon el respiro en los rendimientos estadounidenses para ganar algo de terreno. En Japón, el yen recibió un empujón adicional gracias al estímulo fiscal y la posibilidad de que el Banco de Japón suba tasas en diciembre.
La experiencia de Bessent en la gestión de fondos de cobertura lo posiciona como el DJ experimentado de la fiesta. Su llegada no solo tranquilizó a Wall Street, sino que también marcó un cambio de tonalidad en la narrativa económica de la administración Trump. En lugar de los riffs agresivos de campañas pasadas, ahora escuchamos acordes más matizados, pensados para atraer tanto a los inversionistas como a los mercados globales.
Por ahora, los mercados parecen haber encontrado una melodía más llevadera. Pero si algo nos enseñó la política económica de Trump es que los cambios de ritmo pueden ser tan impredecibles como un solo de jazz experimental.