Bienvenidos al “nuevo siglo XXI” y el vertiginoso cambio que dejará la pandemia

Cómo interrelacionarnos y laborar en el nuevo mundo que nos toca vivir a causa de los efectos de la pandemia del coronavirus (Covid-19), ¿estábamos preparados para el cambio?

Bienvenidos al “nuevo siglo XXI” y el vertiginoso cambio que dejará la pandemia

El SARS-CoV2 mejor conocido como Covid-19 o Coronavirus está trayendo al mundo entero un cambio vertiginoso así como una nueva forma de entender el panorama geopolítico, económico y social el cual resulta coyuntural con el mundo globalizado en el que vivimos.

Cómo interrelacionarnos en el nuevo mundo que nos toca vivir, ¿estábamos preparados para el cambio? En el caso de México, esta nueva forma de socializar parecía algo muy lejano. El manejo de las nuevas tecnologías, el teletrabajo, reuniones virtuales, asesoría en línea, educación a distancia, todo parecía algo sacado de la imaginación de Isaac Asimov o incluso de Steven Spiel-berg, aunque tal parece que es un guion redactado por puño y letra de Stephen King ¿Nos acercamos a una sociedad distópica como las narradas por Aldous Huxley o George Orwell, pero tan real como la visión de Hannah Arendt?

Cambios en la educación

La forma de impartir educación se empieza a transformar, pasamos de una educación presencial a una denominada “en línea”. Nadie en el mundo académico estaba preparado para este cambio, si bien existen en México y otros países plataformas para este tipo de educación, a todos los centros educativos (lo que incluye docentes, alumnos, administrativos) los tomó por sorpresa, tanto alumnos como maestros han tenido que adaptarse a estas nuevas formas de impartición de clases en la que nadie fue capacitado, tampoco fue avisado o prevenido.

Este nuevo modelo trae aparejado elementos negativos y positivos. La pérdida de capacidad autodidacta en las nuevas generaciones genera repetidas quejas por parte de los educandos bajo el argumento de no haber sido ésta la modalidad contratada para la impartición de servicios educativos. El cúmulo de tareas es excesivo ya que al no existir una clase presencial recae en ellos la responsabilidad de investigación y lectura; en niveles básicos se ha trasladado a los padres la carga del proceso enseñanza-aprendizaje.

Existe una gran cantidad de distractores al tomar clase desde casa y frente a un monitor de computadora, lo cual no ayuda a la empatía del proceso educativo tanto en docentes como estudiantes, toda vez que se invade la privacidad de los domicilios y sus familias. Las largas jornadas sentado frente a los equipos de cómputo generan daños a la salud; se ha demostrado que no todos los hogares tienen acceso a señal de internet y computadoras en sus domicilios privados; el acceso a internet de las familias mexicanas es de uso lúdico sin la capacidad tecnológica para el desarrollo de capacidades diversas; y así, la lista continua.

Asimismo es evidente la transformación en la forma en que piensa la sociedad, se adapta y relaciona, hace un siglo los oficios se centraban en labores manuales, hoy día estas capacidades son de orden tecnológico, dependemos más de un community manager que de un técnico en electrónica. En el siglo XXI aprovechamos nuestro ingenio con el mismo enfoque empresarial, pero adecuado a las nuevas necesidades sociales.

En el campo de la educación, estos mecanismos son la nueva veta de oportunidad, como por ejemplo el surgimiento de cursos mediante plataformas, lo cual le permite a aquellos que tengan las capacidades tecnológicas la impartición de programas educativos sin la necesidad de invertir en el arrendamiento de instalaciones y los gastos que eso conlleva.

Igualmente se crea una oportunidad para que las grandes instituciones académicas puedan abrir campus virtuales y ofrecer sus servicios educativos a distancia.

En el mundo del trabajo

El cambio no sólo se está presentando en el campo educativo, laboralmente nos estamos transformando: el networking y  el teletrabajo son ejemplos de cómo estamos desplegando nuestra actividad preponderante de distinta manera.

Enfrentamos retos difíciles en cuanto a la forma de realizar actividades lucrativas, sin embargo el cierre de comercios, restaurantes y diversas actividades económicas declaradas no esenciales nos han llevado a utilizar y explotar nuestro ingenio, por ejemplo: utilizamos el e-commerce, explotamos plataformas de envío rápido para adquirir bienes como son alimentos e incluso productos como ropa o bisutería, estamos teniendo que aprender a vivir en un mundo tecnológico.

El propio gobierno esta desplegando sus servicios a través de sus portales de internet y el Poder Judicial de la Federación está desarrollando su actividad jurisdiccional a través de plataformas de videoconferencia.

Estas son las virtudes que se deben explotar, encontrar la ventana de oportunidad en cada situación que enfrentamos, recordemos que la palabra crisis significa cambio, luego entonces, es la oportunidad de realizar nuevas formas de hacer las cosas para obtener resultados diferentes.

El distanciamiento social que el Covid-19 está generando a nivel mundial alejó a la sociedad en el ejercicio de convivencia de unos con otros. Pero debemos resurgir de entre las cenizas cual ave fénix con nuevas formas de hacer negocios a efecto de que fluya la paralizada economía generada por la pandemia, dando paso a la transformación geopolítica, económica y social, un nuevo mundo globalizado que abre la puerta del nuevo orden mundial, con nuevos apellidos y nuevas riquezas, la historia nos ha enseñado que en los grandes procesos de transformación sobrevive el que se sabe adaptar a las nuevas circunstancias.

Después de la pandemia

Nada volverá a ser igual, el mundo cambió sin previo aviso. México como sociedad y en el plano individual está siendo forzado a adaptarse a un mundo para el cual no fue preparado, sin embargo los grandes cambios sociales se dan sin que medie notificación o fecha de inicio, nos adaptamos o caemos en la obsolescencia.

Las políticas públicas derivadas de la pandemia han dejado cambios y distanciamiento social. La economía a nivel mundial ha caído en un estancamiento depresivo el cual enfrentaremos resurgiendo con un nuevo modelo de hacer negocios, relacionarnos con nuestros pares e incluso la forma de empatizar con las demás personas será diferente. Sin embargo, la gran capacidad adaptativa del ser humano lo hará resurgir en quienes tengan la visión de adaptarse, aprovechar las oportunidades y buscar nuevas, encontrar la luz en el cuarto obscuro y capitalizarlo en nuevas formas de trabajo, negocio, educación, industria y demás sectores de producción.

El verdadero siglo XXI esta irrumpiendo a nivel global con un cambio paradigmático de supervivencia en el que el distanciamiento social nos acerca, nos une y fortalece en un nuevo mundo tecnológicamente globalizado para los que tienen la visión y la apertura al cambio. Y, toda la sociedad queramos o no, hemos sido forzosamente invitados a formar parte del nuevo concierto mundial en el que la sana distancia es el nuevo acercamiento geolocal.

Fuente: Capital Humano