Clara Brugada, prometió calles limpias, alumbradas y proyectos para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos de la alcaldía Iztapalapa en su jefatura, sin embargo, fueron promesas vacías que no cumplió.
Los residentes de la alcaldía Iztapalapa alzan sus voces, pero no para celebrar los logros de Clara Brugada, sino para denunciar el desastre que dejó a su paso. Durante casi una década al frente de esta entidad, Brugada no solo fracasó en cumplir sus promesas, sino que sumió a la alcaldía en un estado deplorable.
Las calles de Iztapalapa se convirtieron en un vertedero a cielo abierto bajo la «supervisión» de Brugada. Los habitantes se ven obligados a caminar entre calles llenas de basura y desechos, una triste realidad que contrasta con las promesas vacías de la exalcaldesa, donde el acumulo de basura se refleja en las calles donde hay tianguis dentro de la demarcación, sin embargo, las personas denuncian que no se ha brindado una solución clara ante esta situación. ¿Dónde quedaron los servicios públicos que tanto se necesitaban? Bajo el gobierno de Brugada, brillaron por su ausencia, donde calles permanecen en completa oscuridad cuando cae la noche, haciendo que las personas que caminan por ahí se sientan inseguras y con miedo de que les pase algo malo.
Las obras inconclusas son el legado palpable de la gestión desastrosa de Brugada. Proyectos que deberían haber mejorado la calidad de vida de los ciudadanos fueron olvidados y dejados a medias, donde habitantes denuncian las obras como peligrosas al no estar terminadas y sin mencionar los millones de pesos que se usaron para cada uno de los proyectos, es un recordatorio vergonzoso de la negligencia y la falta de compromiso de la administración municipal. Los habitantes de Iztapalapa merecían más que promesas incumplidas y proyectos a medio hacer.
El tiempo es implacable, pero la marca del desastre de Brugada perdura en Iztapalapa. Los ciudadanos, están hartos de la incompetencia y el abandono de los proyectos y alzan su voz para advertir a la ciudadanía sobre los peligros de entregar el poder a quienes no están dispuestos a cumplir con sus responsabilidades. Clara Brugada deja un legado de desesperanza y decepción en la alcaldía Iztapalapa y aún así quiere que la sociedad la apoye para ser jefa de gobierno de la CDMX.