Desenmascarando a la industria tabacalera en América Latina

Esta semana ocho organizaciones civiles nacionales activas en seis países de América Latina (Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, México y Uruguay), comprometidas con la lucha contra la epidemia del tabaquismo, además de tres organizaciones civiles internacionales, presentamos un informe donde monitoreamos las acciones de marketing y publicidad de la industria tabacalera durante el confinamiento por la pandemia de Covid-19.

Los resultados muestran que, a pesar de la advertencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que “los fumadores tienen más probabilidades de desarrollar síntomas graves en caso de padecer Covid-19, en comparación con los no fumadores”, la industria tabacalera intensificó sus acciones de promoción, publicidad y comercialización, tanto de sus productos tradicionales (cigarrillos) como de su nueva generación de productos (cigarrillos electrónicos y productos de tabaco calentado), aprovechándose del avance de la pandemia y las medidas gubernamentales de confinamiento.

Esto acentúa la gravedad de una América Latina que es la región más afectada por el coronavirus en todo el mundo. Apenas el fin de semana pasado, nuestra región superó por primera vez el total de casos registrados en Norteamérica. Según el conteo de Reuters, la región latinoamericana sumó 4 millones 327,160 contagiados, frente a los 4 millones 308,495 confirmados en Estados Unidos y Canadá.

Con excepción de Uruguay, cinco de seis países contenidos en el reporte están en el vórtice de la pandemia global: Brasil, México, Colombia, Argentina y Ecuador representan el 20.4% de todos los casos confirmados y el 22.9% de las muertes registradas en todo el mundo, con base en el conteo de la Universidad John Hopkins (al 28 de julio del 2020).

Nada de esto ha detenido a la industria tabacalera, quien en sus estrategias la mayor de las veces violan la normativa local de control de tabaco o se aprovechan de los vacíos legales con el único objetivo de lucrar a costa de la salud pública en un contexto de extrema vulnerabilidad. Dichas estrategias también violan el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, suscrito por cinco países participantes en este reporte, con excepción de Argentina. Además, vulneran los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y contradicen los pronunciamientos internacionales y regionales de derechos humanos, también señalados en el reporte.

Intensifica sus estrategias en plena pandemia

En el informe se documentan ocho estrategias principales de las tabacaleras, especialmente para la publicidad y comercialización de cigarrillos electrónicos y productos de tabaco calentado:

1. Publicidad en tiendas de marcas en línea y por correo electrónico.

2. Ofertas especiales.

3. Grandes descuentos.

4. Publicidad en redes sociales.

5. Intensificación de la publicidad y exhibición en plataformas de envío.

6. Demostraciones de uso del producto a domicilio.

7. Cabildeo para lograr la autorización para volver a producir cigarrillos.

8. Publicidad indirecta a través de acciones de responsabilidad social.

Con el reporte, ustedes también podrán conocer la reacción de los gobiernos nacionales. De manera general, todos los gobiernos han advertido públicamente sobre los riesgos de fumar, asociándolo con casos graves de Covid-19, además de hacer un llamado para dejar de fumar (en línea con el objetivo 3 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y varios pronunciamientos de organismos regionales e internacionales). Sin embargo, estas respuestas son valiosas pero insuficientes. En las conclusiones del reporte presentamos una serie de medidas que recomendamos a los gobiernos, a fin de contrarrestar las estrategias de la industria y contener sus devastadoras consecuencias.

Cigarrillos electrónicos, segmento más impulsado

Si nos centramos en la situación de México, con excepción de las revistas para adultos, los sitios para adultos y el correo personal, la publicidad y promoción de productos de tabaco está prohibida, incluso por Internet. Además, la ley prohibe comerciar, vender o distribuir cigarrillos electrónicos. Más recientemente, en febrero del 2020, un decreto presidencial prohibió la importación de cigarrillos electrónicos y productos de tabaco calentado, incluyendo sus componentes.

Sin embargo, el reporte regional documenta cómo la industria tabacalera ha intensificado sus estrategias de marketing para la comercialización de cigarrillos electrónicos (especialmente Vype, de British American Tobacco, BAT) y productos de tabaco calentado (IQOS, de Philip Morris):

1. BAT ofrece combos de Vype a precios reducidos. Durante la pandemia, algunos de sus combos se han reducido 83.33% del precio que tenía a inicios de año.

2. BAT promueve servicios de entrega a domicilio por Rappi. Esta plataforma tiene una categoría especial del producto en su página web, que es violatoria de la ley nacional.

3. Philip Morris reforzó sus estrategias de marketing de su nuevo producto estrella, IQOS. Además de aumentar sus canales de distribución con nuevos puntos de venta, comenzó a vender IQOS por Internet, lo cual es ilegal.

4. En México es posible programar una demostración de IQOS hasta las puertas de tu hogar: basta con que pongas unos cuantos datos en su sitio web y alguien irá hasta tu domicilio para mostrarte los dispositivos. El demostrador llega con una terminal bancaria para completar la transacción y en una innovación de esta semana, si logras convencer a un amigo o familiar que también pruebe el producto, ambos recibirán un descuento de 300 pesos (equivalente a 15 dólares).

Esto sólo es una muestra de la vulnerabilidad de México frente a los embates de la industria tabacalera que sigue lucrando con la salud de millones de mexicanos. Es momento de contenerla y poner un alto a la industria tabacalera.

Fuente: El Economista

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