El Subgobernador del Banco de México, Javier Guzmán Calafell, descartó definir claramente el sesgo que mantiene actualmente la política monetaria en México, pues los factores de riesgo externos e internos, así como la incertidumbre, demandan decisiones y análisis en cada reunión.
Entrevista a Javier Guzmán, Subgobernador del Banxico
Consecuencia del estancamiento en que se ha mantenido la economía, en este momento tenemos una demanda deprimida que no genera presiones en los precios, lo que significa que hay capacidad ociosa, y eso permite cierta holgura, advirtió el Subgobernador del Banco de México, Javier Guzmán Calafell.
Por ello, es altamente probable que este año no tengamos presiones de demanda en precios, pues esta holgura que existe no va a desaparecer, observó.
Entrevistado por El Economista, Guzmán Calafell dijo que pese a esa menor presión de la demanda en los precios, él en particular no perderá de vista al menos cuatro factores en la toma de decisiones monetarias de 2020: la presión que está ejerciendo el alza del salario mínimo en los costos laborales unitarios; la incertidumbre prevaleciente en el contexto externo e interno; el comportamiento de la inflación subyacente y que las expectativas de inflación siguen en 3.5%, lejos del objetivo puntual.
El decano de la Junta de Gobierno del Banxico descartó definir claramente el sesgo que mantiene actualmente la política monetaria en México, pues los factores de riesgo externos e internos, así como la incertidumbre, demandan decisiones y análisis en cada reunión.
“Debemos ser muy cautelosos porque lo peor que nos puede pasar es perder la credibilidad y necesitamos incluso fortalecerla, porque es lo que nos ha permitido reducir la inflación de forma gradual”, dijo Guzmán.
Incertidumbre motiva actuar con cautela
En el mercado se le reconoce en “el ala conservadora” de la Junta de Gobierno. Pero también hay participantes que le identifican como un miembro hawkish en sus decisiones monetarias.
—¿Se identifica con alguna de estas características?
—Es difícil hacer una separación definitiva entre una posición y otra. Yo creo que bajo las circunstancias como las que vive el país en este momento, es fundamental que Banxico mantenga su credibilidad y que la fortalezca; lo que implica bajo estas condiciones, es una necesidad de actuar con muchísima prudencia. Uno de los elementos que acota el actuar de política monetaria, un enfoque más agresivo es precisamente la existencia de factores de incertidumbre. En la medida que se disipen (los riesgos) los márgenes de maniobra de la política monetaria se abren.
—¿Cuáles son los riesgos que enfrenta la economía y el cumplimiento del objetivo de inflación?
—La economía mexicana enfrenta varios retos: Principalmente en los agregados macroeconómicos es la situación de estancamiento. Este año se anticipa una recuperación gradual, pero modesta, resultado de factores, de efectos transitorios que afectan a la economía y que se están solucionando, como la ratificación del tratado de comercio con Estados Unidos y Canadá con lo que se disipará una fuente de incertidumbre.
—¿Por qué anticipan una recuperación gradual aún con la ratificación del T-MEC?
—En el contexto de riesgos externos, el más importante que se está solucionando es el T-MEC. Y por ello pensamos que sí debería incentivar a la inversión. Pero se deben impulsar otros. Las encuestas que nosotros y otros organismos conducen en el sector privado muestran que los problemas de gobernanza, Estado de derecho y corrupción, son factores de preocupación interna. El sector privado considera debe haber mayor claridad en la política interna que pueden repercutir en distintas variables de economía a través de distintos mecanismos.
Por el lado interno, hay factores transitorios que es altamente probable dejen de impactar en la misma magnitud este año. Uno de ellos es el retraso de gasto público que se presenta en el primer año de la administración. Normalmente están mejor preparadas las áreas administrativas para el ejercicio del gasto y deberíamos de ver su efecto en la actividad económica. Pero a nivel internacional (persiste), la incertidumbre geopolítica, la tensión comercial global.
Salarios arriba de productividad
—Se ha incrementado el salario mínimo por segundo año consecutivo. ¿Cuál será el impacto que esperan en la inflación?
—Lo que hemos visto en la economía mexicana ha sido una recuperación. Probablemente el indicador más adecuado para medir las presiones salariales, es lo que se llama costos laborales unitarios, que es el comportamiento de los salarios ajustados por la evolución de la economía.
Si tenemos incrementos salariales que se comportan en concordancia con la productividad de la economía no hay presión, pues aumentan salarios y productividad de trabajadores sin generar presiones de costo en las empresas. Recientemente hemos visto que los costos laborales unitarios están incrementando, y lo tenemos a nivel general de la economía y para el sector manufacturero. Y la tendencia es muy clara que para la economía general, hay una tendencia más reciente, habíamos visto disminución por un periodo largo (de los precios unitarios), luego vimos estabilidad y vemos recientemente un incremento y lo que significa es que los salarios están creciendo más que la productividad de la mano de obra.
Impacto de gasolinas, con precio diferenciado
El subgobernador del Banco de México explicó que tras los eventos del martes 7 de enero en Bagdad, y los mensajes que emitieron Estados Unidos e Irán, el mercado se ha tranquilizado.
Javier Guzmán destacó que el precio internacional del petróleo en México tiene un efecto diferenciado y depende mucho del tiempo que se sostenga y el impacto que tendrá en el precio de la gasolina pues la balanza de pagos petrolera es deficitaria, resultado básicamente de la importación del combustible.
Precisó que la información histórica no necesariamente puede anticipar el impacto en el precio de altos precios del petróleo hacia delante, pues por otro lado, si se mantiene por un tiempo prolongado, puede tener también un efecto favorable en las finanzas públicas.
El decano del Banxico reconoció que un posible riesgo sería que se presente un incremento muy fuerte de precio de la gasolina, pero matizó que hay una política del gobierno de no permitir un incremento más allá de la inflación.
En todo caso, si se presenta un incremento en el precio internacional persistente a lo largo del tiempo, que impacte al de la gasolina, tendría un importante costo en las finanzas públicas.
Fuente: El Economista