Actualmente el kilogramo de carne del reptil en el mercado San Juan en la Ciudad de México, famoso por la venta de comida exótica, cuesta 700 pesos en promedio, unos 37 dólares americanos.
Sin embargo, el mayor negocio está en la comercialización de su piel, dado que en el mercado internacional un centímetro cuadrado de piel de buena calidad se cotiza hasta en 15 dólares.
La crianza y comercialización, sobre todo del cocodrilo de pantano, o Moreletti, era hasta hace poco un negocio de varios años en Tabasco.
Se estima que en México hay una demanda de hasta 80 mil pieles de cocodrilo al año para aprovechamiento comercial, de las cuales 15 mil son requeridas en Quintana Roo, sobre todo en la zona norte.
La debacle de Industrias Moreletti
Hasta hace ocho años, uno de los lugares de reproducción más importantes del estado de Tabasco se encontraba en la ranchería Anacleto Canabal, primera sección. Se trata de Industrias Moreletti, mismas que aunque ha seguido operando, ya no tiene los niveles de producción que en la década de los 90.
Actualmente opera de manera indeterminada, ya que a decir de uno de los empleados que cuida el lugar, la granja permanece cerrada la mayor parte del año.
“Actualmente no hay producto para la venta”, comentó.
En estos meses, se acaban de producir poco más de 400 huevos de esta especie, por lo que se está a la espera que eclosionen y se puedan desarrollar, para que de nueva cuenta vuelvan a tener materia prima para comercializar.
Las mismas instalaciones se encuentran casi en el abandono, cuando en la década de los 90 fueron un verdadero referente en materia de investigación.
En ese entonces, junto con otras granjas de tortugas y cocodrilos reguladas por el Gobierno de México, Industrias Moreletti contribuyó a reducir la caza ilegal y proteger estas especies en riesgo, sin embargo el tráfico aun persiste, ya que productos de animales procedentes de la cacería ilegal siguen circulando en México y también se cuelan en el mercado externo.
Especie en extinción en México
Tan sólo de la década de los años 30’ a los 60’ se comercializaban en México de manera regular cientos de miles de cocodrilos, pero actualmente solo quedan unos 100 mil cocodrilos adultos en libertad en todo México.
Esto de acuerdo al Doctor Marco Antonio López Luna, profesor investigador especializado en cocodrilos, de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT).
“Entre 1930 y 1969 tan sólo en Villahermosa y Frontera cada año se vendían 10 mil pieles de cocodrilo cazados en vida silvestre, cada año, en esos 30 años hay una estimación de 300 a 400 mil pieles vendidas; ahora mismo se estima que hay unos 100 mil adultos desde Tamaulipas hasta Cancún, ponle 120 mil si acaso, pero el dato es que hay 100 mil ejemplares adultos en esta zona, y tan sólo en Tabasco nos echábamos 10 mil al año”, comentó.
De la década de los 90 al año 2003, en doce estados incluido Tabasco, existían granjas y criaderos con miles de ejemplares, sobre todo de la especie Moreletti.
Algunos de estos productores enviaban pieles al cotizado mercado de lujo internacional, especialmente empresas de Europa y Estados Unidos.
Mientras que otros se dedicaron a promover el consumo de la carne y aceite de cocodrilo, sobre todo en restaurantes y mercados de comida exótica.
A raíz de ello, las autoridades establecieron un programa para impulsar la actividad, sobre todo en los pantanos del Golfo de México.
Cabe señalar que la comercialización ya se realizaba desde hace décadas, pero el levantamiento de las restricciones abrió la puerta a un nuevo negocio.
De esta forma es como surgieron las Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre, (UMA), que eran las únicas autorizadas para comercializar la piel del reptil, aunque eventualmente el resto podía vender otros derivados como carne y aceite.
Especie sujeta a protección especial
Cabe señalar que el cocodrilo de pantano mexicano o Moreletii se encuentra enlistado en la Norma Oficial Mexicana 059 (NOM-059- SEMARNAT-2010) como una especie “sujeta a protección especial”, lo que significa que solo se pueden aprovechar los ejemplares criados en cautiverio.
Hasta hace unos años, las 25 granjas de cocodrilo que existen en México únicamente podían vender productos y subproductos de la especie en Europa y Asia porque desde 1973 Estados Unidos, el mercado más importante a escala mundial, incluyó al moreletii en su Acta de Especies Amenazadas (ESA).
El cocodrilo de pantano (Crocodylus moreletii) es una de las tres especies de crocodilianos que habitan en México junto con el cocodrilo de río (Crocodylus acutus) y el caimán (Caiman crocodilus).
El también llamado cocodrilo de Morelet se distribuye en la costa del Golfo de México desde Tamaulipas hasta la Península de Yucatán, habitando principalmente zonas de manglar, ríos y pantanos.
Hasta el 2018, se estimaba que el comercio internacional de pieles de cocodrilo de pantano procedentes de México, era cercano a las mil 500 pieles al año y provenía únicamente de criaderos que contribuyen de manera limitada a la conservación de la especie y su hábitat.
En tanto, el mercado global se estimaba en 1.5 millones de pieles al año y en él destaca el uso de especies como el aligator de Estados Unidos (Alligator mississippiensis), el cocodrilo de agua salada de Australia (Crocodylus porosus) y el caimán yacaré de Argentina (Caiman yacare), que generan ganancias de millones de dólares anuales.
Un alimento saludable
Por otra parte, no debe pasarse por alto que la carne de cocodrilo es considerada un alimento saludable, ya que aporta al cuerpo humano importantes cantidades de proteínas y poca grasa.
Según los más recientes estudios sobre sus nutrientes, la carne de cocodrilo aporta ácidos grasos Omega 3, un tipo de grasa benéfica para el corazón con impacto positivo en la irrigación sanguínea, además de que ayuda a reducir el colesterol y los triglicéridos, previene inflamaciones y propicia salud cerebral.
Al ser una carne poco común y exótica, el kilo de carne de cocodrilo suele tener un precio elevado en comparación con otras carnes convencionales. Esto puede ser beneficioso para los productores de cocodrilos, quienes pueden obtener mayores ganancias por la venta de su producto.
La carne de cocodrilo se considera una opción saludable en comparación con otras carnes rojas, ya que es baja en grasas saturadas y alta en proteínas. Además, algunos estudios sugieren que la carne de cocodrilo puede tener propiedades medicinales, como ayudar en la lucha contra la artritis y reducir la inflamación.
Sin embargo, el kilo de carne de cocodrilo suele ser mucho más caro que la carne de otros animales, como ternera o pollo, lo que lo hace poco accesible para muchas personas.
Preserva UJAT a la especie
El Doctor Marco Antonio López Luna, Profesor Investigador de la División Académica de Ciencias Biológicas, y responsable técnico de la Unidad de manejo para la conservación de la vida Silvestre del CICEA, explicó que en ese lugar existe una población de unos 500 ejemplares.
Sin embargo, esta unidad de manejo a diferencia de otras que existen en el estado y el país no es una unidad de producción, “porque nuestro interés básico es la conservación, la formación de recursos humanos y la educación ambiental”.
Por ello, dicha UMA no comercializa los ejemplares, sino que los estudia y colabora con las autoridades en el manejo de contingencias y manejo apropiado para las clases de cocodrilos.
Indicó que de estos ejemplares, el 85 por ciento son moreletti y el resto son Acutos; “De acutus sólo tenesmo 5 adultos y varias crías, y la gran mayoría son moreletti, hay animales que miden de 2 metros para abajo; el más longevo es un acutus, debe tener unos 45 años, él vino aquí en el 1993, ya tiene 30 años que vino, ya era un adulto”.
Mencionó que un ejemplar una hembra moreletti alcanza su madurez entre los 6 y 8 años pero todavía sigue siendo un animal muy joven y no está realmente preparado su organismo, por lo que si hace su nido generalmente muchos huevos son infértiles.
En cambio, la edad óptima para reproducción es a partir de los 10 años para adelante, que es cuando una hembra madura puede poner entre 28 y 32 huevos que tardan 60 días en eclosionar, dependiendo de la temperatura.
“La naturaleza la mortalidad es muy alta, la gran mayoría de las crías, el 90 por ciento no llegan al primer año se lo comen desde garzas, mapaches, tlacuaches, peces tortugas y otros cocodrilos, realmente y al final quedan muy pocos”, comentó.
El académico comentó que en Tabasco además de Industrias Moreletti, hasta hace unos años operaban algunas granjas como Arca de Noé, que está rumbo a Nacajuca.
“Pero tampoco se dedican a la producción de pieles, se supone que hubo un auge muy importante en la producción de pieles, que resultó en la creación de granjas, la más grande estaba en Sinaloa, ya en estos años sí han prosperado otras, tanto o más grandes que Moreletti, hay una llamada Cocodrilia, en Quintana Roo, hay otra en Campeche que se llama cocodrilos Mayas, hay otra llamada Balancún en Chiapas, y hay otras chicas que son familiares”, expresó.
En cuanto al ejemplar que se vende, dijo que se aprovecha todo, desde carne, huesos y piel, ya que principalmente la industrias del cocodrilo está enfocada en la piel, que es de muy alta calidad, y en este caso la Moreletti es de las más cotizadas por su finura, la piel de Moreletti es muy irregular, lo que hace que cada producto sea único, que no se parezca a otro, es como una huella dactilar y prácticamente se utiliza para prendas exclusivas como bolsos, carteras y cinturones.
“Desafortunadamente este mercado es internacional, es decir se aprecia mejor en otros países que aquí, aquí todavía hay problemas de caza furtiva, gente que todavía saca animales sin permiso y eso hace que las poblaciones de cocodrilo se estén recuperando”, argumentó.
Agregó que los cocodrilos son animales longevos que en vida silvestre pueden superar los 50 años, y en cautiverio el más viejo que se conoce es el Papillón, que y se estima que tenía unos 90 años y era un Acutus pero estuvo como 60 años en cautiverio en el Parque Museo de la Venta.
De acuerdo al catedrático de la UJAT, la temporada de reproducción se da cada año a finales de mayo, y la puesta termina la segunda semana de junio.
No obstante, sólo del 30 al 50 por ciento de los huevos en vida silvestre sobreviven, esto debido a que diversos factores desde las lluvias, nidos mal puestos, hasta hormigas, moscas, hacen que no se logren.
Con el investigador, al menos una docena de jóvenes trabaja o presta el servicio en la UMA de esa división de la UJAT.
Valeria Marín López, es alumna de la licenciatura en Biología, y es voluntaria en la Unidad de Manejo para la Conservación.
“Esta especie es muy impresionante, la verdad con solo verlos me causa mucha emoción, verlos en su vida silvestre o en cautiverio, y aquí se le da alimentación”, comentó.
Indicó que hace una semana nacieron 18 ejemplares Moreletti de un nido, los cuales son atendidos por los alumnos: “Se les da pescado triturado en bolitas, a las crías se les alimenta 2 veces a la semana”.
De este modo, el mercado de la carne de cocodrilo es muy complejo e interesante, y su costo puede variar ampliamente.
Además, los factores que influyen en el precio incluyen la región geográfica, la oferta y la demanda, pero aún así la carne de cocodrilo es una opción popular en algunos mercados internacionales debido a su sabor único y valor nutricional.