La administración solo apoya proyectos que ya se tenían antes de la desaparición del Fondo Minero, afirma la Camimex.
Desde la desaparición del Fondo Minero, cuando se promulgó la extinción de 109 fideicomisos el año pasado, el gobierno federal sigue cobrando este impuesto, pero no cumple en destinarlo a nuevas obras de desarrollo para comunidades mineras, ni transparenta qué sucede con los recursos pagados desde la extinción, dijo el presidente de la Cámara Minera de México (Camimex), Fernando Alanis.
“Lamentablemente ninguna respuesta nos dan, una vez que se extinguió el fideicomiso, el derecho que mandamos se va al erario público, está la promesa de seguir apoyando los proyectos en las comunidades, lo cual no es necesariamente así, solo apoya proyectos que ya se tenían antes de desaparecer el fideicomiso, ni tampoco hay rendición de cuentas”, afirmó en conferencia por la presentación de su informa de sustentabilidad 2021.
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En el Tercer Informe de Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se refiere que de septiembre de 2020 a junio de 2021 el fondo realizó cuatro sesiones de Comités de Desarrollo Regional para las zonas mineras en Zacatecas, Oaxaca, Sinaloa y Colima. El fondo aprobó 49 proyectos de inversión en infraestructura física con un impacto social, ambiental y de desarrollo urbano positivo. Los recursos canalizados ascendieron a 257 millones de pesos.
El presidente de Camimex declaró que son alrededor de 500 millones de pesos los que se están aplicando, pero ya estaban asignados y fueron autorizados con anterioridad a la desaparición del fideicomiso.
“Y es el dinero que se está invirtiendo, pero no hay nuevos proyectos adicionales y los nuevos son con financiamiento directo de las empresas pero no del fondo minero”, aseveró.
La cámara refirió que la industria ya destinó 25 mil 270 millones de pesos de aportación al Fondo Minero en los último siete años, tan solo en 2020 pagaron 3 mil 593 millones de pesos, 2.8 por ciento superior a lo recaudado un año antes, cuando fueron 3 mil 496 millones.
Fuente: El Economista