El dispositivo tuvo su lanzamiento esta semana en Brooklyn, donde los representantes de la empresa de Mountain View, California, destacaron algunas de sus características de primer nivel, como que puede silenciar ruidos de fondo en las llamadas.
Google confirmó su interés en mejorar su participación en el mercado de los teléfonos inteligentes con el nuevo Pixel 7, que entra en el competitivo sector de la electrónica personal, donde tradicionalmente ha sido un actor secundario.
El dispositivo tuvo su lanzamiento esta semana en Brooklyn, donde los representantes de la empresa de Mountain View, California, destacaron algunas de sus características de primer nivel, como que puede silenciar ruidos de fondo en las llamadas.
Presentado por primera vez en 2016, el Pixel fue un modelo tardío en la tendencia de los teléfonos móviles al llegar casi una década después del iPhone de Apple y siete años más tarde que el modelo Galaxy de Samsung, productos que hoy dominan el mercado.
En 2020, las entregas globales del teléfono de Google llegaron solo a 2,7 millones, contra las casi 200 millones de unidades de los modelos de Apple y Samsung.
Estas bajas cifras de ventas se deben en parte a la limitada disponibilidad del teléfono de Google, con el Pixel 5 a la venta en menos de 10 países mientras el gigante tecnológico enfocó su inversión en el software más que en su propio hardware.
Mientras los teléfonos inteligentes de Google son comparables en calidad con los de las marcas mejor vendidas, el producto «carecía a menudo del respaldo de Google» en términos de marketing, dijo Runar Bjørhovde, analista investigador de mercados en la firma Canalys.
Google, en cambio, se enfocó en darle fuerza a su sistema operativo Android, que lanzó en 2008 y fue incluido en más del 80% de los teléfonos inteligentes vendidos en la primera mitad de 2022, según la empresa Canalys.
Maurice Klaehne, de la firma Counterpoint Research, asegura que «Google ciertamente tiene la capacidad y los recursos para convertirse en un jugador mayor de los teléfonos inteligentes, pero esa no es la estrategia de Pixel», destacando que el crecimiento de Android sigue siendo el principal objetivo de Google.
Pero «vender más dispositivos Pixel puede significar llevarse la cuota de otros jugadores de Android, y esto puede ir en contra del objetivo de Pixel», dijo el experto.
Bjørhovde subrayó que, con la última versión de este teléfono, Google ha cambiado un poco, lanzando un producto que es compatible con «wearables» (dispositivos de uso personal usados en la ropa o el cuerpo, ndlr) como audífonos y otros producidos por la compañía.
Maravillas de la IA
La versión anterior, el Pixel 6, fue la primera en usar el procesador Tensor desarrollado por Google para habilitar una mayor inteligencia artificial y aprendizaje automático.
El Pixel 7 posee una segunda generación de Tensor, el G2, que puede hacer más claras las fotos borrosas, retirar objetos distractores de las fotos y quitar ruido de fondo en las llamadas.
El sistema actualizado también puede traducir idiomas en tiempo real, incluyendo modismos y transmitir imágenes más matizadas de diferentes tipos de piel.
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En el evento de lanzamiento, el vicepresidente de Google, Rick Osterloh, dijo que este nuevo producto representa «años de desarrollo en Google, y una inversión de largo plazo en el portafolio Pixel».
La compañía vio un auge de ventas, alcanzando los 6,2 millones de unidades de Pixel vendidas en 12 meses, al 30 de junio de 2022, un 129% más que en el mismo período del año anterior, según cifras de Canalys.
Esto incluye la duplicación de la participación de mercado en Estados Unidos, donde Pixel solo contabiliza el 2% de las ventas de teléfonos inteligentes.
Con un precio de 599 dólares en Estados Unidos, el Pixel 7 se posiciona como relativamente asequible; allí las últimas versiones del iPhone y Samsung Galaxy cuestan alrededor de 800 dólares.
Google ha ido aumentando el mercadeo del Pixel 7 en asociación con la liga de básquetbol profesional de la NBA y planea hacer la distribución en 17 países, comparado con los 13 mercados de la versión previa.
Fuente: El Economista
