Había un gringo, un japonés y un inglés

Sé que suena a chiste de Polo-Polo, pero no, estamos pensando en los bancos centrales de varios países, aunque también podrían sonar a la línea de salida de cualquier competencia de los juegos olímpicos.

Esta semana, dominada por la fiebre olímpica y las medallas; se modera con el tedio y la frialdad de las autoridades monetarias de EU, Japón e Inglaterra. Primero veremos en acción a la Reserva Federal de Estados Unidos y en su reunión de julio, todos los ojos estarán puestos en su capitán Jerome Powell, quien está más vigilado que una patada de delfín en la alberca olímpica.

Con la inflación desacelerándose, los inversores apuestan a que mantendrá la tasa de interés en su nivel actual de 5.25%-5.50%. Muchos estamos esperando a ver qué dice Powell quien, con sus anteriores maromas discursivas, le compite al tu por tu a Simone Biles con su triple doble. Pese a todo, los inversionistas apuestan a que la ceremonia de premiación será en septiembre, cuando podría haber un recorte de tipos, especialmente después de que los datos de inflación mostraran que los precios se están tomando un respiro.

En el otro lado del mundo, el Banco de Japón también estará en el terreno de juego. Los japoneses terminarán su reunión el miércoles y hay rumores de que podrían subir los tipos de interés. Sí, a pesar de que su economía se siente más frágil que un atleta de maratón al final de la carrera, están considerando elevar las tasas. Tal vez piensan que pueden saltar más alto de lo que la economía les permite.

Luego tenemos al Banco de Inglaterra, que el jueves decidirá si se une a la “fiesta” y realiza su primer recorte de tasas desde 2020. En su último intento, el Comité de Política Monetaria del BoE obtuvo una votación de 7-2 a favor de mantener las tasas, pero ahora parece que se enfrentan a nuevas condiciones. Por un lado, deben equilibrar una inflación que desafía las expectativas y por otro, enfrentan un crecimiento económico que sigue sin tomar impulso para dar el salto.

Pero mientras los bancos centrales se preparan para sus mejores jugadas, los mercados accionarios estarán pendientes de los resultados de los principales competidores en la carrera tecnológica. La semana pasada, el Nasdaq, el Usain Bolt de los índices tecnológicos, experimentó su peor caída desde 2022. ¿La razón? La decepción en los resultados de grandes tecnológicas.

Esta semana, las grandes tecnológicas también tienen su turno en la pista. Microsoft (hoy), Meta (miércoles), Apple y Amazon (jueves) están listos para presentar sus resultados financieros. Si fallan, podrían reavivar los temores y causar una nueva ola de ventas en el mercado. Esperemos a ver si alguno de estos competidores supera sus marcas y no decepciona a los aficionados, sobre todo Apple que anda muy mal en sus tiempos relacionados con la Inteligencia Artificial.