Muestra del patrimonio industrial poblano es el título del libro con el cual el Comité mexicano para la conservación del patrimonio industrial A.C. apresura el paso para constituir un catálogo nacional del patrimonio industrial que registre cada uno de los elementos arquitectónicos y arqueológicos, sus paisajes y su cultura industrial para hacer frente a su destrucción y provocar nuevos acercamientos.
Presentado días atrás, el libro digital contiene 20 estudios en torno a nueve grandes temas: Fábricas, Haciendas, Molino de trigo, Plantas hidroeléctricas, presas y acueductos, Industrias tradicionales y artesanales, Paisajes industriales, Archivos industriales, Ferrocarriles; y Patrimonio industrial intangible, los cuales fueron producto del trabajo de los investigadores Jorge Ramón Gómez, Elizabeth Popocatl, Balbina Reyes, Dora Luz Sánchez, Martha Elba del Río, Primitivo Lezama, Andrés Armando Sánchez, Carlos Iván Hernández, María Teresa Ventura, Jesús Pacheco, Laura Rodríguez, Rubén Carbajal, Javier Romero, José Eduardo Carranza, Guadalupe Prieto, Ana Laura Mireles, Stephan Hoferer, Hartmut Schneider, Covadonga Vélez, Alfredo Nieves, Lizbeth Celaya, Patricia Albores, Joselin Cervantes y Sinhué Lucas.
En ese sentido, Humberto Morales Moreno, presidente del comité, señaló que el libro está editado en memoria de Ramón Rivera Espinosa, fundador e impulsor del estudio del patrimonio industrial poblano, quien desde hace más de 10 años apoyó, desde la Universidad Autónoma de Chapingo la publicación de ensayos de patrimonio industrial poblano al lado de María Teresa Ventura, catedrática del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), y de Jorge Ramón Gómez, quien fuera también presidente del comité.
“El libro en general es una obra digital que cierra un viejo capitulo iniciado con la creación del comité, en 1995, en una colaboración con la UAP y la Universidad de las Américas Puebla. A partir de ese año, ya casi 28, el comité ha intentado difundir y apoyar actividades relacionadas con la arqueología y el patrimonio industrial, disciplina que no existía y que sigue sin ser académica pues sigue siendo una forma de trabajo y no se ha logrado el dar un gran paso de abrir un posgrado”, confió el también investigador de la UAP.
Morales Moreno acotó que la obra es de cierta forma la culminación de los trabajos presentados por los investigadores, además de que es una oportunidad para que el público no especializado sepa que se ha hecho en torno al patrimonio industrial en el estado. “Esta es una publicación que merece ser difundida pues abarca el inicio de trabajos de mayor envergadura con miras a la propuesta de hacer este catálogo de los sitios emblemáticos de patrimonio del país y de Puebla”, afirmó el actual presidente del comité.
Completó que la aparición de este libro es también un primer paso del proceso de reorganización total del comité, pues éste había sobrevivido a base de personalidades. “Vamos a terminar con un club de cuatro o cinco amigos para que pasemos a algo profesional y crear condiciones de trabajo específicas pues hay compromisos internacionales y se requiere de investigadores activos. El libro es un primer paso para meterse en proyectos de equipo, pues el patrimonio industrial no se rescata de manera individual, sino que requiere equipos de investigación”.
Completó que al lado de alumnos de Arquitectura de la UAP ha realizado una cartografía detallada del patrimonio industrial de Puebla que ha permitido identificar lo que está en ruinas y lo que sigue en pie, siendo la segunda etapa la visita de campo para ver el paisaje, y señalar los sitios que pueden ser intervenidos o rescatados y hacer propuestas regionales para rescatar un número simbólico de éstos.
De paso, Humberto Moreno trata de hacer un cruce digital con mapas del estado y la información socioeconómica de cada región persiguiendo la idea no sólo de rescatar sino de catalogar de manera completa. Lo que se busca, concluyó, es que el espacio no sólo se conserve, sino que sea capaz de ser leído a través del impulso de centros de interpretación que ayudarán a conocer los sitios a pesar de que estos cambien o desaparezcan. A la par, se impulsa el rescate del patrimonio intangible, pues el patrimonio industrial no sólo son máquinas, naves o corredores, sino obreros y empresarios, la cultura generada, la comida consumida y las actividades realizadas.