El pasado fin de semana, la mecánica económica mundial pareció detenerse, para dar paso a eventos geopolíticos que llenaron un vacío.
Mientras los ojos del mundo se enfocaban en Jackson Hole, donde el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, delineaba el futuro de las tasas de interés, en Francia se arrestaba al fundador de Telegram, Pavel Durov, y un ataque aéreo israelí sobre el sur del Líbano estremecía el medio oriente. Tres eventos que, en apariencia, no tienen relación entre sí, pero que comparten un trasfondo común: la lucha por el control.
En Jackson Hole, Powell se encontró en una encrucijada. En su discurso del viernes expresó su preocupación por el enfriamiento del mercado laboral y esbozó las soluciones para reducir las tasas de interés.
Powell reconoció los errores del pasado, especialmente en cómo la Fed subestimó la persistencia de la inflación durante la pandemia. La estrategia de la Fed, anunciada poco después del inicio de la pandemia, fue criticada por estar necear con la inflación por debajo del 2%. Powell y sus colegas tardaron en reaccionar y, para muchos, ese retraso fue costoso. Pero ahora, con la inflación casi de vuelta al objetivo y la preocupación creciente por el aumento del desempleo, el banco central se prepara para empezar a recortar los tipos en septiembre.
Por otra parte, el arresto de Pavel Durov fundador de Telegram, en París prendió alertas en el mundo digital. El empresario enfrenta acusaciones graves como terrorismo, drogas, fraude, lavado de dinero, recepción de bienes robados y contenido pedófilo.
Para una plataforma que se ha vendido como el bastión de la privacidad en un mundo digital cada vez más intrusivo, este arresto es un golpe durísimo. La plataforma aseguró que cumple con las leyes de la Unión Europea y que sus prácticas de moderación de contenido están dentro de las «normas de la industria». Pero el daño ya está hecho. La reputación de Durov y de Telegram ha sido manchada.
Mientras tanto otro evento trágico ocurría en el Medio Oriente. Israel lanzó un ataque aéreo masivo sobre el sur del Líbano, movilizando 100 aviones de combate para destruir miles de lanzamisiles de Hezbolá. Según las autoridades israelíes, el ataque se basó en información de inteligencia que sugería que Hezbolá estaba a punto de lanzar una ofensiva masiva contra el norte de Israel. La guerra preventiva, como la que Israel parece haber adoptado, es una estrategia arriesgada que puede llevar a una escalada incontrolable en la que las vidas humanas son la moneda de cambio.
Lo que estos tres eventos tienen en común es la lucha por el poder y el control. En Jackson Hole, la Fed intenta mantener el control sobre una economía global. En París, las autoridades francesas muestran su poder arrestando a un líder tecnológico. En el Medio Oriente, Israel usa su poder militar para mantener a raya a un supuesto enemigo.
