La industria del aguacate deforesta, causa incendios provocados, talas masivas y robo de agua


El aguacate es el alimento de moda en Estados Unidos, donde la presencia de este producto en los grandes supermercados se ha triplicado en 20 años. Su exportación desde México deja una derrama de más de 3.000 millones de dólares (unos 51.000 millones de pesos) al sector. El coste lo sufre el ecosistema de los Estados de Michoacán y Jalisco: talas e incendios masivos para plantar aguacateros, robo de agua a ríos y arroyos y violencia sobre líderes ambientales.

Jalisco y Michoacán exportan todo el aguacate que sale de México a Estados Unidos. Dos regiones en las que se concentran la mayoría de los campos aguacateros de territorio nacional. El informe ha cuantificado que las hectáreas deforestadas para estas plantaciones son de entre 16.000 hectáreas y 28.000, lo que equivaldría a la superficie de 2.532 veces el Estadio Azteca. La cifra se obtuvo gracias a geógrafos ambientales, imágenes satelitales y estimaciones del Gobierno mexicano.

La deforestación de estas áreas boscosas se llevó a cabo en contra de las leyes de México, que prohíben el “cambio de uso de suelo”, según el informe. “Donde hay un incendio, es para aguacate. Todos son provocados”, declaró uno de los 200 residentes entrevistados para la elaboración del estudio.

Los métodos que los agricultores usaron para eliminar muchos de los árboles fueron los incendios forestales, un método que, a pesar de tener penas de entre seis meses y nueve años de prisión, en la práctica no tiene consecuencias penales. El secretario de Medio Ambiente de Michoacán, Alejandro Méndez, declaró para el informe que estas actividades ponen “en riesgo la biodiversidad” del Estado. El director de la Comisión Forestal de Michoacán, Alejandro Ochoa, fue más tajante sobre los delincuentes: “Se burlan de nosotros por inutilidad”.

La inacción en México se replica en Estados Unidos, según la ONG. La incorporación de Jalisco como exportador de aguacate en 2022 por parte de la administración de Joe Biden “agravó el problema”. Incluso había informes internos del Gobierno que alertaban de que la aprobación del Estado mexicano como productor “probablemente aumentaría la deforestación” en la zona.

El otro gran impacto medioambiental es el gasto descontrolado de agua. Los aguacateros, uno de los frutales que más líquido consumen, están siendo regados con el caudal desviado de ríos y arroyos de la zona. Los receptores son pozos ilegales, que un exfuncionario del agua de Michoacán estima que son más del 50% de los que existen en su territorio. Un líder comunitario de la región aguacatera de México define el robo del recurso de manera muy concisa: “Exportan nuestra agua en forma de fruta”.

La violencia en torno al sector aguacatero es la otra gran cuestión que denuncia la ONG. Michoacán y Jalisco son dos zonas en las que los grupos criminales tienen gran influencia y están vinculados a negocios dedicados a la plantación. Los carteles se ocupan de tareas de extorsión para conseguir terrenos ajenos y de deforestar zonas con incendios o talas para establecer las plantaciones, denuncia el informe.

Lo más preocupante son las más de 30 amenazas, secuestros y agresiones armadas que ha registrado la ONG a activistas climáticos y comunidades originarias de la zona. En febrero de este año el líder indígena y defensor de los bosques purépechas de Michoacán, Alfredo Cisneros, fue asesinado a balazos tras denunciar la tala ilegal en zonas forestales.

México es el país del mundo que más aguacate produce y exporta. La mayor parte a Estados Unidos. En la Super Bowl, el evento por antonomasia del fútbol americano, los agricultores mexicanos llevaron en febrero hasta 100.000 toneladas de la fruta para promocionarla. La agencia de marketing Avocados From México los vende como “los más sostenibles del mercado”.

El estudio señala a varias grandes empresas estadounidenses por ser una “parte clave” de la cadena de suministro de estos aguacates que favorecen problemas medioambientales. Principalmente, a las grandes exportadoras como Aztecavo o Calavo, que surten a grandes supermercados como Walmart o Costco. La investigación desvela que estas empresas estarían recibiendo aguacates de hasta 75 huertas con suelos deforestados.

El estudio de CRI se basa en más de 200 entrevistas personales en 18 municipios de los Estados de Michoacán y Jalisco, análisis de mapas vía satélite de más de 50.000 huertas y el análisis de registros de los gobiernos de México y Estados Unidos. Uno de los más ambiciosos hasta el momento, que refleja la magnitud del daño medioambiental que provoca la agricultura en territorio mexicano para satisfacer las necesidades del mercado estadounidense.