El número de jóvenes afiliados a sindicatos se encuentra bajo: el discurso antisindicalista y la incapacidad de adaptación a un nuevo contexto laboral ha llevado a la gente joven a organizarse de otras maneras.
De acuerdo con datos del Observatorio de Trabajo Digno (OTD), el 83% de la población asalariada en el país no pertenecen a un sindicato y, si hablamos de la fuerza laboral joven, este se eleva a 93%.
Más de 29 millones de persona asalariadas son ajenas a la vida sindical, según datos del OTD. El 14% restante se encuentra en una lucha para democratizar la organización sindical a la que pertenece, o para soltarse de ella.
A las nuevas generaciones de trabajadores (Millenials y GenZ) no les interesa la protección sindical. Por su preparación y mentalidad confían más en su capacidad de negociación individual en un mercado con gran movilidad sectorial y geográfica, que en las negociaciones colectivas tradicionales.
“En México, la experiencia del sindicalismo ha sido muy negativa por organizaciones corruptas que no defienden a las y los trabajadores. La corrupción sindical y el bajo nivel de organización y afiliación explican en parte el deterioro del sistema laboral”, señala el OTD.
Igualmente, el modelo económico digital-global está cambiando las relaciones laborales. Una de sus características es el aumento de la relación laboral entre empresas y autónomos o pymes para conseguir agilidad estratégica en un mundo que cambia rápidamente. Los sindicatos ajenos a estos cambios seguirán perdiendo afiliación pues sus servicios ya no satisfacen a los trabajadores.
Hoy en día, las empresas privadas han aprendido a cuidad el talento humano y, salvo algunos casos, han sido razonables en sus relaciones laborales. Es por eso por lo que el sindicalismo ha perdido su fuerza en el sector privado.
Así que no es de sorprender que cada vez se cuente con menos afiliados y que la vía de la “no sindicalización” sea una opción que más trabajadores adopten en un futuro.
Fuente: Redacción