Transformación Sindical, encabezado por Eduardo Castillo, se enfrenta a un creciente descontento entre sus afiliados, quienes denuncian haber sido engañados con promesas incumplidas sobre el manejo de sus cuotas. El propio coordinador de gestión social, Niels Cortés, ha admitido que el sindicato impone las cuotas más altas en el estado, justificando este costo al asegurar que en diciembre se devuelve el 50% del monto recaudado a cada trabajador. Sin embargo, los afiliados afirman que nunca han visto tal devolución y cuestionan dónde está realmente el dinero.
Los trabajadores acusan al sindicato de apropiarse de los fondos y de cualquier interés generado, ya que, supuestamente, estos recursos deberían estar invertidos para su beneficio. Varios afiliados han comenzado a cuestionar seriamente la honestidad de Niels Cortés y el destino de sus aportaciones, sospechando que Transformación Sindical usa las cuotas para otros fines sin beneficio alguno para ellos.
Este supuesto “ahorro” que el sindicato promete como justificación de las cuotas parece ser una fachada que, en realidad, solo beneficia a la cúpula del sindicato. Los afiliados exigen pruebas claras de la devolución y transparencia en el manejo de sus fondos. Además, solicitan una investigación para aclarar si los fondos sindicales están siendo utilizados de manera fraudulenta o si realmente existen como una reserva para los trabajadores.
La paciencia de los trabajadores se ha agotado y, ante la falta de respuestas, exigen que se tome acción para esclarecer la situación. Transformación Sindical, que alguna vez fue visto como un sindicato que luchaba por sus afiliados, ahora enfrenta una crisis de confianza, y la imagen de Niels Cortés como líder comprometido se desvaneció totalmente.