El sector manufacturero en México inició el 2022 con una modesta recuperación de empleos. Por su parte, las remuneraciones medias reales, especialmente las prestaciones sociales de los trabajadores, registraron retrocesos.
A dos años de la llegada de la pandemia Covid-19 a México, que paralizó gran parte de la actividad industrial, este sector sigue recuperándose lentamente en términos laborales. El personal ocupado total se encuentra apenas en niveles prepandémicos y las remuneraciones continúan por debajo.
Durante enero del 2022, el total de trabajadores en las empresas manufactureras incrementó apenas 0.1% respecto del mes previo, de acuerdo con cifras del Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía).
Por su parte, las remuneraciones medias reales iniciaron el año en números rojos con una caída de 0.4% en su comparación con diciembre del 2021.
Las remuneraciones integran los sueldos percibidos por empleados, los salarios percibidos por los obreros y las prestaciones sociales de todos los trabajadores del sector (vacaciones, primas, aguinaldos, seguridad social e instituciones de salud).
También te puede interesar: Producción de leche caería más de 3% este 2022, prevé Femeleche
Al inicio de este 2022, las prestaciones sociales fueron el rubro que presentó la caída más pronunciada: sólo de diciembre a enero se redujeron 2.0 por ciento.
En el análisis interanual se observó que aunque los trabajadores de este sector ya están trabajando jornadas más larga, las remuneraciones siguen siendo menores. En comparación con enero del año pasado, el total de horas trabajadas aumentó 3.6%, mientras que las remuneraciones medias reales cayeron 2.4 por ciento.
La industria manufaturera ha enfrentado una compleja recuperación, a pesar de haber sido de los primeros sectores que reactivaron sus operaciones; los factores externos, el incremento generalizado de los precios y la escasez de algunas materias primas han obstaculizado el proceso.
La intervención rusa en Ucrania ahora se suma también a los factores que generan presiones e incertidumbre en la producción manufacturera y el comercio global de manufacturas.
Fuente: El Economista
