México, el más atractivo de los países emergentes para los inversionistas

Ante un entorno de desaceleración económica en Estados Unidos y otras presiones globales, México es atractivo por la relativa pronta recuperación después de la pandemia, su estabilidad política y la aprobación presidencial.

Hace algunos días, en la ciudad de Nueva York, se llevó a cabo una reunión de prensa con algunos de los principales directivos del banco de origen francés BNP Paribas, con el objetivo de conocer sus perspectivas económicas sobre la región Latinoamericana para el presente año.

La visión general ha resultado ser muy positiva. Por su parte, Walter Ringwald, Head of Coverage & M&A, quien ha estudiado la región por 25 años, explicó que, durante las últimas décadas, Latinoamérica ha reportado un crecimiento relevante y más acelerado, en comparación con otras regiones. Además, opinó que sus economías cada vez están mejor estructuradas y se han recuperado bien frente a los embates de las crisis que se han presentado en Estados Unidos.

“Nuestros inversionistas extranjeros están buscando mercados que vayan creciendo […] Tenemos clientes locales en Latinoamérica, pero también clientes globales, de Estados Unidos, Europa, Asia; y Latinoamérica definitivamente está en el mapa”, dijo.

Walter también comentó sobre los sectores que han estado más activos en la región durante los últimos años en temas de Fusiones y Adquisiciones (M&A) –un indicador de dinamismo económico–. Uno de los sectores ha sido el energético, todo lo relacionado con la generación de energía y la transmisión. Y es que, explica, la región tiene gran oportunidad para este tipo de proyectos. Otro de los sectores relevantes es infraestructura –y no sólo en lo relacionado con M&A, sino también en el financiamiento de este tipo de proyectos. Una de las divisiones de BNP Paribas está justamente dedicada al financiamiento de estos–. “Infraestructura es siempre una necesidad en cualquier agenda política”, dice.

Otro sector que se ha destacado y está muy ‘hot’, opina Walter, es el de telecomunicaciones. Esto, en gran parte, debido al empuje que supuso la pandemia en términos de conectividad. En este sentido, el directivo compartió algunas de las transacciones más recientes y relevantes en diversos sectores:

En infraestructura:

  • BNP Paribas fue consultor de Odinsa para su plataforma de autopista de peaje con Macquarie Asset Management. El monto fue de 1,100 mdd. Esta fue la transacción más grande de autopista de peaje en Colombia y la primera inversión de Macquarie en aquel país.

En energía:

  • Venta de las plantas hidroeléctricas de ContourGlobal a Patria. Fue la transacción más importante de hidroeléctricas en Latam en el año 2022.
  • Venta de la plataforma de 1GW de EVM a Actis, en México.

En telecomunicaciones:

  • Adquisición de Nova Fibra por Copel Telecom en Brasil.
  • Venta de la red de fibra de Entel en Chile a KKR y Telefonica.

“(En general) los inversionistas buscan claridad, certeza y continuidad en los aspectos fundamentales”, dice.

De acuerdo con un artículo publicado por BNamericas, una organización que analiza las principales tendencias económicas y políticas de la región, son mejores las proyecciones de crecimiento para Brasil y México. Además, se menciona, la reapertura de la economía china después del confinamiento por pandemia favorecerá las exportaciones de la región. Sus perspectivas de crecimiento para América Latina en 2023, con datos del FMI, son de 1.8% y para México de 1.7%.

Mientras tanto, ¿qué podría suceder con la economía más importante del mundo?

De acuerdo con los expertos de BNP Paribas, se espera que la FED aumente las tasas de interés hasta 5.25% anual. La inflación, predicen, continuará alta; no obstante, la creación de empleos no se ha frenado; tampoco lo ha hecho el consumo –70% del PIB es propulsado por el consumo–. Aunque sobre este punto, mencionan, podrían estarse enfrentando al fin del “dinero barato”. ¿Temor frente a una recesión? Nada profundo, podría existir algo somero.

En términos generales, dicen, el país se encuentra “en buena forma”. 

¿Quién es el chico más guapo de la cuadra?

Para conocer cuál podría ser el desempeño económico de México durante el presente año y cómo luce para los inversionistas, en comparación con el resto de los países de la región, consultamos a Pamela Díaz Loubert, economista para México en BNP Paribas.

Para Pamela, México se estará moviendo entre las aguas del nearshoring, la expectativa de recesión en Estados Unidos y la inflación –recordemos que la tasa de inflación cerró en diciembre del año pasado en 7.82%–. Aunque otro aspecto también muy relevante a tomar en cuenta, dice, es la decisión que se tomó en Banxico sobre incrementar en 50 puntos base el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día, a un nivel de 11%. Esta decisión se tomó justo el día en que conversábamos con los directivos de BNP Paribas en Nueva York.

“Nosotros creemos que México sí puede capitalizar los beneficios asociados al nearshoring, pero esto es algo que no se va a ver en el corto plazo, ni se verá de manera generalizada en todos los sectores […] Creo que no es nada más sentarnos a esperar la oportunidad de que vengan estos flujos, porque hay varios retos que tenemos en México para poder capitalizar estos beneficios de una mejor manera”, dice Díaz.

Uno de los retos, explica, se relaciona con el sector eléctrico y la incertidumbre que existe alrededor. Un segundo desafío, dice, es la seguridad; para la que se requiere una estrategia “más comprensiva” y que no termine siendo un factor que obstaculice las inversiones. Otro aspecto que puede jugar a favor, opina, sería la aplicación de una estrategia en términos de estímulo fiscal que no se aplique de manera local, o por estados, sino que sea nacional.

Díaz considera que Estados Unidos vivirá un entorno de desaceleración económica durante el presente año. Y es que, si bien, sí prevén una recesión en aquel país, ésta será inherente al ciclo de política monetaria. “En este sentido, pues asumen (los economistas de BNP en Estados Unidos) que la Reserva Federal, pues empezarán sus cortes de tasas de manera temprana en aras de poder contener los precios”.

Esta desaceleración, explica, podría generar también desaceleración del flujo de las remesas –que tan relevantes son para México–; lo que incluso podría impactar de manera importante en la estabilidad cambiaria: “Este es un impacto importante que, desde mi punto de vista, se está subestimando un poco”.

Sobre la inflación, opina Díaz, México podría comenzar un proceso lento de ‘inflación a la baja’, que no estará libre de riesgos. “Este pico inflacionario todavía es frágil, y todavía puede alterarse por algunos riesgos de corto plazo, como justamente lo son todo lo que está pasando en la parte de alimentos, y lo enraizada que está la inflación en alimentos en el país”.

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En este contexto, agrega, no es suficiente con que bajen los precios internacionales “para que la inflación alcance esta senda de convergencia creíble”. Se requiere generar un alivio en las cadenas de producción –para lo que se necesita inversión– y que “se anclen las expectativas”: “Ha habido un daño en el proceso de formación de precios en México, y para poder garantizar que se anclen las expectativas, no es que baje la inflación global, sino que también la política monetaria sea creíble y que vaya abocada hacia cumplir con este objetivo”.

Sobre el tema de política monetaria y la decisión de Banxico de elevar la tasa de interés, explica que el organismo está recentrando la estrategia de política monetaria en torno al escenario de inflación: “Nuevamente tenemos cierta incertidumbre respecto a cuál será el fin del ciclo de política monetaria en México. Nuestro estimado es que van a ser dos incrementos adicionales de 25 puntos base, pero esto va a depender mucho de los riesgos de corto plazo sobre la inflación […] Lo que sucedió la semana pasada justamente va a tener una implicación sobre el inicio en el ciclo de cortes, porque Banxico está siendo mucho más reactivo a este proceso desinflacionario en México”.

Viviremos un entorno con riesgos latentes externos para el presente año, y una serie de desafíos internos; no obstante, México brilla hacia el exterior: “Cuando me ha tocado platicar con clientes, en general, notamos cierto optimismo para México. No solamente se ve bien en contraste con otros países de Latinoamérica, se ve bien con economías avanzadas”.

Para Pamela, esto sucede por dos grandes factores:

  1. El aspecto económico: México se recuperó relativamente rápido después de la pandemia en materia de cuentas fiscales, opina la experta. Además, dice, otros países de la región tuvieron gran presión social para implementar programas relacionados con controles de inflación: “Esto es algo que no vimos en México. Si bien, es cierto que sí se implementó el PACIC (Paquete Contra la Inflación y la Carestía) y hubo un subsidio sobre la gasolina, lo cierto es que nunca hubo realmente una presión social para que el gobierno gastara más para poder contener la inflación”. Las cuentas fiscales, opina, continúan observándose bien en el relativo, lo mismo que las cuentas externas, sobre todo, dice, en lo relacionado con los incrementos en las remesas. “Entonces tuvimos una recuperación importante en la cuenta corriente y una estabilidad en la cuenta corriente, que también ayuda a esta percepción de que México está relativamente bien, en contraste con otros países”.
  2. Factores políticos: “La verdad es que cuando comparamos políticamente a México con otros países de Latinoamérica, pues realmente no tenemos un problema serio de inestabilidad política. Es cierto, hay reformas, lo que pasa con el INE, tenemos elecciones a la vuelta de la esquina, pero esto no se compara con algo que de verdad esté poniendo en tela de juicio la autonomía de ciertas instituciones clave en México”. La experta menciona que este escenario es muy debatible y que también se puede analizar de una manera mucho más crítica. No obstante, recalca, existe una aprobación presidencial importante, lo que contribuyó a que no se generara una presión social asociada a más controles de precios.

“Ya no hay reformas, al menos no expectativas de reformas que vayan a generar también algo que altere la parte fiscal en México. Y las elecciones son hasta el siguiente año. Entonces, platicando con clientes, ellos siempre me dicen que políticamente México se ve bastante bien, y cuando me preguntan, qué es lo peor que podría pasar políticamente, y pues no hay un riesgo en este momento de algo que sea disruptivo para el escenario político de México. Entonces, esos dos grupos de factores, el factor político estable y el factor cuentas externas estables, hacen que México se vea muy muy muy bien como destino de inversión”, concluyó.

Fuente: Forbes

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