De acuerdo con un estudio del think tank Global Financial Integrity, se estima que 15% del valor total de sus operaciones comerciales, tiene que ver con este ilícito.
México es el país de América Latina con una mayor facturación fraudulenta dentro de sus relaciones comerciales internacionales, de acuerdo con un estudio del think tank Global Financial Integrity (GFI), ya que, según la metodología de la firma, del 2009 al 2018 el país registró una brecha de valor promedio por año cercana a los 47,400 millones de dólares entre sus exportaciones declaradas con las importaciones registradas en 134 países en desarrollo provenientes de esta nación.
Recientemente, la firma publicó su informe de flujos financieros ilícitos relacionados con el comercio internacional en 134 países en desarrollo entre el 2009 y el 2018, periodo que abarca las administraciones gubernamentales en México de Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto; según el estudio, esta brecha registrada corresponde en promedio anual a 15% del total del comercio internacional del país en dicho lapso.
En el informe, la firma destacó que México se ubicó en el séptimo país en todo el mundo con una mayor brecha promedio por año entre las exportaciones que declaró, con las importaciones registradas a nivel global por cada país (de las 134 naciones en desarrolladas analizadas), con las que tuvo relación comercial en dicho periodo sólo por debajo de Tailandia, Malasia, Polonia, Rusia, India y China.
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Incluso entre las naciones que tienen relación comercial con las 36 economías más avanzadas a nivel global, México también resaltó dentro de los tres países con mayor facturación fraudulenta en las relaciones con dichas jurisdicciones.
En este escenario, su brecha promedio por año, entre el 2009 y el 2018, fue de 35,400 millones de dólares en su relación comercial con las 36 economías más avanzadas del mundo, sólo por detrás de China, que registró una brecha de 250,000 millones de dólares promedio por año, y Polonia, que su diferencia fue de 48,000 millones de dólares promedio por año.
“China fue el país con la brecha de valor más grande, por mucho, para cada año durante el período de 10 años, mientras que países como México, Rusia, Polonia, Malasia, India, Tailandia, Brasil, Turquía e Indonesia también se ubicaron dentro las 10 naciones con mayores brechas de valor promedio en términos de dólares estadounidenses”, se puede leer en el informe.
«México es el país de América Latina con mayor brecha de valor entre el 2009 y el 2018, como resultado del comercio del país con 36 economías avanzadas, por detrás de China y Polonia, respectivamente. Y es el séptimo país en el ranking de brechas de valor en cuanto al comercio general del país con todos sus socios comerciales, seguido de Brasil, otro país latinoamericano en el top de la lista”, añade el estudio.
El problema de fondo
Para Global Financial Integrity, el problema de fondo de estas brechas detectadas en su estudio corresponde a un tema de facturación fraudulenta, la cual provoca la pérdida de millones de dólares de ingresos fiscales para los países en todo el mundo.
“La facturación fraudulenta facilita los flujos financieros ilícitos en toda la economía mundial”, destacó la firma en su reporte y añadió que esta actividad ilícita se da cuando importadores y exportadores falsifican deliberadamente el valor declarado de los bienes en las facturas que envían a las autoridades aduaneras.
De acuerdo con el think tank, la facturación fraudulenta ayuda a los criminales a transferir dinero ilícito a través de las fronteras internacionales, evadir impuestos o evitar pagar derechos de aduana, lavar el producto de actividades ilícitas, eludir los controles de divisas y ocultar ganancias en cuentas bancarias extraterritoriales.
“Al sobrevalorar o subvalorar el valor declarado de las importaciones o exportaciones, los comerciantes mueven ilícitamente riqueza a través de las fronteras internacionales ocultándose dentro de los pagos regulares por comercio en el sistema de comercio internacional”, se puede leer en el informe.
La metodología de Global Financial Integrity se basa en analizar importaciones y exportaciones de cada país, de acuerdo con los datos reportados a la base de datos de la Organización de las Naciones Unidas. Por ejemplo, según la firma, si Ecuador informó haber exportado 400 millones de dólares en bananas a los Estados Unidos en el 2016, pero a su vez éste último informó haber importado sólo 375 millones de dólares en bananas provenientes del país de Sudamérica, esto reflejaría una brecha de valor de 25 millones de dólares en el valor informado.
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Para Global Financial Integrity, la facturación fraudulenta que se da en las relaciones comerciales representa un desafío global importante tanto para las autoridades aduaneras como fiscales en todo el mundo, especialmente en países en desarrollo.
Incluso señaló que, durante la emergencia sanitaria actual, el problema se ha acentuado especialmente por un contexto de fuga de capitales y salidas de dinero ilícito por medio del comercio internacional.
“El altísimo grado de las diferencias de valor identificadas en los datos del comercio internacional sugiere que la facturación indebida del comercio sigue siendo un problema importante y persistente … Desde la perspectiva de los flujos financieros ilícitos relacionados con el comercio, los efectos más amplios de la crisis mundial de Covid-19 se consideran en general como oportunidades crecientes para la delincuencia, el contrabando y los flujos financieros ilícitos”, destacó GFI.
De acuerdo con los datos generales presentados en el estudio, tan sólo en el 2018 se detectó que la facturación fraudulenta conjunta de los 134 países en desarrollo analizados alcanzó los 1.6 billones de dólares.
Al respecto, el presidente y director ejecutivo de GFI, Tom Cardamone, indicó: “en una época en la que los países en desarrollo luchan por cada centavo para financiar vacunas y medicamentos para combatir las infecciones por Covid-19, se dejan de recaudar miles de millones de dólares en aranceles e impuestos. Es absolutamente impactante y que pocos gobiernos están prestando atención a estas pérdidas masivas”.
Fuente: El Economista