Todo mundo está clavado con la nueva era de Donald Trump al convertirse en el presidente número 47 de los Estados Unidos. Sí, es la nota internacional que toca distintos aspectos de la humanidad como la energía, la migración, la inclusión, el comercio, la paz, el cambio climático, la tecnología; pero no todo es Trump.
En los últimos días se dieron otros cambios de presidentes en otras latitudes y especialidades. La inesperada (pero no sorprendente) salida de José María Álvarez-Pallete como presidente ejecutivo y consejero delegado de Telefónica, parece que provocará más cambios en sector de las tecnologías de la información y comunicación (TIC). Las olas de ese cambio ya comenzaron en España y no tardarán mucho en llegar las playas americanas y, sobre todo; a las mexicanas.
La salida de Álvarez-Pallete de Telefónica no es solo un cambio de liderazgo; es otra muestra de la intervención del Estado español, a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), en el sector privado.
La entrada de la Saudi Telecom Company (STC) con una participación del 9.97% en 2023 fue solo el detonante que activó las alarmas del gobierno español, impulsándolo a tomar el control del 10% en mayo de 2024 a través de SEPI, asegurándose de que las riendas de Telefónica no estuvieran en manos extranjeras.
El respaldo de los accionistas clave como CriteriaCaixa (que también subió su participación a 9.9%), BBVA (4.83%), BlackRock (4.23%), se traduce en la decisión de asegurar que la dirección de Telefónica se alinee con los intereses del Estado español. Este tipo de intervenciones, reflejan la creciente tendencia de los gobiernos a participar en el sector privado para proteger los intereses nacionales.
Las implicaciones de este golpe de estado corporativo van más allá de un simple cambio de dirección. La GSMA, que bajo la dirección de Álvarez-Pallete buscaba liderar la adopción global del 5G y la regulación internacional de las empresas digitales, ahora enfrenta una encrucijada. El vacío de poder podría retrasar iniciativas críticas, dejando a la industria en una posición vulnerable frente a las crecientes amenazas de ciberseguridad y los desafíos de la digitalización.
Con la salida de Alvarez-Pallete no sólo se hace efectivo el asalto del Gobierno a la operadora sino también la traición de la saudí STC Telecom, que pasó de ser posible aliada del ya expresidente a facilitar su salida. STC es la principal operadora de telecomunicaciones de Arabia Saudí. Fundada en 1998, la compañía con sede en Riyadh es controlada por el gobierno saudí a través de su participación en el fondo de inversión soberano.
Algunos medios españoles aseguran que, sin el apoyo saudí, el presidente español Pedro Sánchez no habría podido llevar a cabo la maniobra culminada ahora. De hecho, añaden que el Gobierno quiso ejecutar el cambio antes de la incorporación saudí al consejo porque STC aspira a tener dos asientos en el consejo de Telefónica.
Aunque STC no tenía aún representantes en el consejo de administración, la salida de Álvarez-Pallete ha sido interpretada como una jugada anticipada para evitar que los saudíes consolidaran su influencia en Telefónica. El juego de poder entre el Estado español y STC expone una tradicional lucha de intereses. La pregunta es si esta estrategia protegerá o ahogará a Telefónica en un mercado cada vez más competitivo.
El mandato de Pallete expiraba este año, el cual se renovaría en la junta de accionistas que se celebraría en abril. Marc Murtra, el nuevo presidente ejecutivo de Telefónica, llega con el respaldo del gobierno y los principales accionistas. Pero, ¿a qué costo?
El impacto de estos movimientos no se limitará a Europa. Las olas de esta reestructuración tocarán inevitablemente las costas latinoamericanas, y México no será la excepción. La presencia de Telefónica en la región ha sido fundamental para el desarrollo de las telecomunicaciones, pero con un liderazgo alineado con intereses estatales, ¿cuál será el futuro de las inversiones en infraestructura y servicios en América Latina?
El nombramiento de Murtra no es un simple cambio de guardia, es una señal clara de que, en el mundo de las telecomunicaciones, las decisiones no se toman solo en las salas de juntas, sino en los pasillos del poder político.
Este cambio de presidencia no es simplemente el fin de una gestión, sino el inicio de una era donde el Estado parece dispuesto a jugar un rol mucho más activo en el destino de las grandes corporaciones.
Indra también
En este juego de carambolas ejecutivas, en una sesión extraordinaria del consejo de administración de Indra Group en la que se aprobó el nombramiento de Ángel Escribano como consejero de la sociedad. Este cambio ocurrió después de que Marc Murtra presentó su dimisión como consejero y presidente ejecutivo, tras haber sido nombrado presidente ejecutivo de Telefónica.
Los acuerdos adoptados por Indra garantizan la continuidad del Plan Estratégico 2024-2026, contando con el respaldo de los principales accionistas de la sociedad. Este plan estratégico se orienta a consolidar los proyectos y la posición del grupo en el mercado. Escribano también forma parte de los consejos de administración de TESS DEFENCE y SMS, lo que refuerza su experiencia en el sector de la defensa.
Nuevas trumpadas
Y de vuelta a la trumpiza que nos tocó el fin de semana, el apagón de TikTok y el boom del Bitcoin es algo que todavía está por resolverse.
En el caso de la red social de videos propiedad de la china ByteDance, se apresuró al agradecer al nuevo presidente Trump por haberles levantado el baneo. Solo lo suspendió 90 días. Aademás, no estaban obligados a bajar el servicio, únicamente a quitar la aplicación en las tiendas de Apple y Google. Esto sigue vigente.
Por eso, tal vez para quedar bien, en TikTok agradecen apresuradamente a Trump quien no ha quitado el dedo del renglón y sigue con la idea de que se le venda a una empresa gringa la mayoría accionaria de ByteDance. ¿Podríamos decir que EU quiere robarse a TikTok? Al menos en China siguen con esa idea y también se niegan a vender la empresa que tiene otras apps como CapCut y Buzzvideo.
Y si bien ayer, antes de la toma de protesta de Donald Trump el valor del Bitcoin rondaba los 109 mil dólares, para el cierre del día bajó nuevamente a cerca de 100 mil dólares. Trump podría marcar un punto de inflexión para el sector de las criptomonedas con una mayor claridad regulatoria en EU, pero todavía falta saber hasta qué nivel llegará la próxima Reserva Estratégica de Bitcoin estadounidense. Viene una nueva era de bonanza para el bitcoin y las criptomonedas pero no coman ansias, no sean atascados.
