Recortar impuestos a empresas no es una opción económicamente efectiva: ICRICT

La crisis económica provocada por la pandemia del Covid-19 difícilmente será solucionada con un recorte al ISR empresarial, consideró la Comisión Independiente para la Reforma de la Tributación Corporativa Internacional (ICRICT, por su sigla en inglés).

Recortar impuestos a empresas no es una opción económicamente efectiva: ICRICT

La crisis económica provocada por la pandemia del Covid-19 difícilmente será solucionada con un recorte al Impuesto sobre la Renta (ISR) empresarial, consideró la Comisión Independiente para la Reforma de la Tributación Corporativa Internacional (ICRICT, por su sigla en inglés).

En el reporte “La Pandemia Mundial, la Recuperación Económica Sostenible y la Fiscalidad Internacional”, la comisión refirió que ante la recesión mundial de este año -la cual el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima en 3%- grandes empresas presionan a los gobiernos para obtener algún tipo de concesión fiscal con el argumento de estimular la inversión.

“Los rescates en sí mismos representan una gran amenaza para el ya frágil régimen comercial mundial basado en reglas y consensos, que proscribe las ayudas públicas. Estas ayudas del estado no sólo destruyen el principio de igualdad de condiciones a la hora de operar en el mercado, sino que tiene un efecto particularmente adverso para los países en desarrollo, que carecen de recursos para prestar un apoyo similar en escala al que prestan los países desarrollados”.

En este sentido, la comisión refirió que recortar las tasas no será una opción “económicamente efectiva ni socialmente adecuada” y, al contrario, la recaudación de impuestos a empresas deberá reforzarse con base en un modelo que intensifique la cooperación internacional e, incluso, buscar alternativas como convertir el ISR empresarial en una tributación más progresiva para proteger a las pymes. 

De acuerdo con la ICRICT, no existe evidencia que respalde que en los últimos años el recorte de las tasas de los impuestos empresariales haya generado algún tipo de estímulo sobre la inversión productiva y si bien en la pandemia las grandes empresas enfrentarán problemas de liquidez, estos pueden resolverse con líneas de crédito.

El ISR empresarial -conocido como el impuesto a sociedades en otras partes del mundo- es un gravamen que se pone a los beneficios de las empresas, los cuales se encontrarán en niveles bajos o incluso negativos mientras dure la pandemia, por lo que una reducción en la tasa no les ayudará, apuntó el estudio.

“A medida que la economía mundial empiece lentamente la senda de la recuperación, los recortes en las tasas impositivas no contribuirán a estimular la inversión empresarial porque ya hay un exceso de capacidad y los planes de expansión se verán limitados por los altos niveles de incertidumbre. En la práctica, el impuesto de sociedades opera como una retención sobre los dividendos y, por lo tanto, un ISR de los más ricos, porque la riqueza financiera a través de la tenencia de acciones se distribuye de manera aún más desigual que las rentas del trabajo”.

Caída tributaria

Ante las medidas de bloqueo de fronteras en los países desarrollados para contener la pandemia, así como la recesión económica, los ingresos tributarios de varios países caerán este año, por lo que se necesita tomar medidas para reforzarlos. 

“Al incremento del gasto para ampliar la capacidad de la sanidad pública, la cobertura social y los rescates de empresas, se ha sumado al desplome en los ingresos fiscales. Y de manera generalizada, en este mismo año la relación entre la deuda y el Producto Interno Bruto (PIB) se ha disparado creciendo en 20 puntos porcentuales e incluso más en varias economías avanzadas”. 

Respecto a los países en desarrollo, la ICRICT hizo énfasis en que también la deuda incrementará como porcentaje del PIB considerablemente; no obstante, estos países tendrán poco margen de maniobra debido a que la capacidad que tienen para aplicar políticas fiscales expansivas es limitada. 

Por otro lado, la ICRICT destacó la renuencia de las instituciones financieras internacionales de recurrir a medidas de austeridad para generar superávits y pagar deuda ya que hay evidencia “ineficiente de esas medidas en las crisis anteriores como de sus repercusiones en los sectores más vulnerables de la población. 

Asimismo, refirió que es necesario introducir impuestos sobre los servicios digitales para aumentar la recaudación, así como poner una tasa más alta sobre los beneficios extraordinarios que tienen las grandes empresas; aplicar una tasa de 25% como tasa mínima efectiva del ISR empresarial para evitar la evasión y traslado de beneficios; exigir mayor transparencia de las empresas y publicar los datos sobre riqueza offshore. 

Fuente: El Economista

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