Tren Maya cambiará de trazo en la su paso por la Riviera en Quintana Roo

Se está definiendo un nuevo trazo para el Tren Maya en su paso por la Riviera Maya en Quintana Roo, anunció el presidente y designó al secretario de Gobernación para visitar Playa del Carmen y coordinar el proceso con los empresarios. 

El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que se está definiendo un nuevo trazo para el Tren Maya en su paso por la Riviera Maya, en Quintana Roo.

Para ello, comisionó al secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, para visitar Playa del Carmen y hablar con los empresarios hoteleros para que ayuden en este nuevo diseño del proyecto ferroviario.

El mandatario insistió en la cooperación de los hoteleros, pues reconoció que la obra “tiene el tiempo encima”.

«El secretario de Gobernación nos tiene que ayudar allá en Quintana Roo, y aprovecho para enviar un mensaje a los hoteleros de la Rivera Maya, que nos ayuden, porque se está definiendo un nuevo trazo del Tren Maya y ojalá cooperen. No les afecta sus terrenos, es decir, la parte que tienen construida se va a hacer un trazo en los espaldares de sus terrenos, o sea no es a la orilla de la playa, sino en la parte de atrás, es un nuevo trazo”.

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En la más reciente visita del presidente López Obrador a Quintana Roo, para supervisar las obras del Tren Maya, el gobernador Carlos Joaquín informó que el presidente le había informado que no habría cambio de trazo a la altura de Playa del Carmen, como lo habían venido solicitando cámaras empresariales, colegios de profesionistas y sindicatos, por lo que los propios empresarios ya daban por descartada esa posibilidad, dado el avance de las obras.  

En el mensaje de hace unos minutos, el presidente no precisó cómo será el nuevo trazo, tampoco precisó si ese cambio será a la altura de la ciudad de Playa del Carmen, donde las obras ya tienen un gran avance al centro de la carretera 307, donde el empresariado ha señalado expresamente que la obra ocasionará un gran caos vehicular y terminará por partir en dos la ciudad.

Fuente: El Economista

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