Donald Trump abrió el martes una investigación acerca de los «efectos sobre la seguridad nacional» de la importación de minerales críticos así como de «productos derivados» como teléfonos inteligentes o vehículos eléctricos en medio de su ofensiva comercial global.
Esta investigación es una primera etapa necesaria que podría permitir al presidente estadounidense publicar un decreto para imponer aranceles a esos productos, si se demuestra que su volumen de importación significa un riesgo para la seguridad nacional.
Entre los minerales sujetos a esta investigación están el cobalto, el litio, el niquel y tierras raras, así como productos en los que una parte de su fabricación necesite de dichos recursos como los teléfonos inteligentes, los autos eléctricos, baterías y eólicos.
Según un decreto difundido el martes por la Casa Blanca la industria estadounidense depende de «fuentes extranjeras» que están «expuestas a graves y duraderos choques» en su suministro de minerales.
«Si Estados Unidos pierde acceso a minerales críticos transformados, provenientes de fuentes extranjeras, la base industrial comercial y de defensa» del país podría sufrir «desabastecimientos importantes», se menciona en la orden ejecutiva firmada por Donald Trump.
Otra investigación ordenada el lunes aborda la importación de semiconductores y productos farmacéuticos.
Trump ha hecho de los aranceles la piedra fundamental de su política económica, así como una herramienta diplomática para arrancar concesiones de otros países.