Después de negarlo y de acusar una «caza de brujas», Donald Trump admitió por primera vez que Rusia realizó ciberataques contra los dos principales partidos de EE.UU. durante la campaña a la Casa Blanca. En la única rueda de prensa que ha dado como Presidente electo, el empresario usó su acostumbrado tono confrontacional para negar que el Kremlin tenga información comprometedora sobre él, como se dijo el martes. Paradójicamente, la última conferencia que había dado en julio pasado, fue en la que pidió a Moscú que atacara los correos electrónicos de su rival, la demócrata Hillary Clinton.
«En lo que respecta al hackeo: Creo que fue Rusia», admitió el empresario ante unos 250 periodistas reunidos durante más de una hora en el hall de entrada de la Trump Tower de Nueva York. Hasta ahora, había cuestionado el informe de las agencias de inteligencia estadounidenses, que señaló a Moscú como responsable de una serie de ciberataques con el objetivo de influir en la campaña electoral a favor del republicano.
Trump anunció que presentará un programa para evitar nuevos hackeos contra EE.UU., y lamentó: «Todos nos hackean. Eso incluye a Rusia, a China y a todos». Agregó que EE.UU. será más respetado por todos los países, incluyendo a Japón, México y China, al que culpó de tomar ventaja económica y en el disputado Mar del Sur, donde ha construido «su gran fortaleza».
«Tengo que decir esto también: el Comité Nacional Demócrata estaba totalmente abierto a ser hackeado. Hicieron un trabajo muy pobre (para evitarlo). Pudieron haber tenido la defensa que nosotros (los republicanos) sí tuvimos», dijo y añadió que pretende estrechar los lazos con Rusia.
Para Timothy Hagle, analista de la Universidad de Iowa, «no es muy sorprendente que ahora Trump reconozca el hackeo de Rusia. Una vez que él recibió más información al respecto de parte de la comunidad de inteligencia, le habría sido difícil negar su participación».
En ese sentido, el republicano dijo que Moscú nunca ha intentado aprovecharse de él y negó las noticias que aseguran que el gobierno de Vladimir Putin recopiló datos comprometedores en su contra. «Creo que fue una desgracia que la inteligencia permitiera que saliera a la luz información falsa», reprochó, asegurando que esto supondría «una tremenda mancha» en el expediente de las agencias. «Son falsas, eso nunca pasó (…) Eso es algo que la Alemania nazi habría hecho», agregó.
Pero el caso le dio que hablar a Trump, que recriminó a la cadena CNN por haberse hecho eco de un informe no confirmado sobre sus contactos con el Kremlin, el espionaje de Rusia y la posibilidad de que Moscú lo chantajee durante su Presidencia. El reporte, elaborado por un ex espía británico, fue publicado inicialmente por el sitio Buzzfeed.
«Tú no, tú no. Tu medio es terrible. Cállate, cállate. No seas maleducado. No te voy a dar el turno de pregunta», dijo al periodista de CNN, Jim Acosta.
«Ciertamente no fue una conferencia como las de otros presidentes o presidentes electos, pero creo que nos tenemos que acostumbrar, porque Trump no es un Mandatario típico», comentó Hagle a «El Mercurio».
Retomando uno de los temas más polémicos que marcaron su campaña presidencial, el republicano aseguró que no esperará un año para construir el muro en la frontera entre EE.UU. y México, sino que empezará de inmediato, y que luego el país vecino pagará la obra, posiblemente a través de impuestos. «Respeto al gobierno de México. Respeto al pueblo de México. Los amo. Mucha gente de México trabaja para mí. Son fenomenales. El gobierno es genial. No los culpo por lo que ha sucedido», dijo Trump.
El Presidente mexicano Enrique Peña Nieto descartó anoche que México pague por el muro fronterizo que Trump prometió, y criticó las presiones del Mandatario electo para alejar inversión estadounidense de México.
Conflictos de intereses
Originalmente la conferencia fue anunciada para explicar cómo el Mandatario electo se iba a separar de sus negocios para evitar conflictos de intereses.
«Don y Eric estarán liderando la compañía» a partir del 20 de enero, explicó ayer Trump, refiriéndose a dos de sus hijos adultos. Sostuvo que él no sabrá de las decisiones empresariales, pero tampoco liquidará sus activos.
«Espero que, luego de ocho años, regrese y diga ‘hicieron un buen trabajo’. De lo contrario, si hacen un mal trabajo, diré: ‘Están despedidos'», agregó, usando la frase que lo caracterizaba en su reality show «El Aprendiz».
Su abogada, Sheri Dillon, quien también intervino en la conferencia, explicó que la empresa de Trump no establecerá nuevos negocios en el extranjero durante su Presidencia y que las operaciones nacionales serán objeto de una rigurosa supervisión para evitar conflictos de intereses. Las actividades serán aprobadas por un asesor ético independiente que aún no es elegido. El futuro Mandatario -señaló- «solo sabrá de un acuerdo si lo ve en el periódico o en televisión».
Hagle comentó que «como dijo la abogada, Trump no puede desconocer que posee la Trump Tower. (Los conflictos de intereses) son un problema que nunca desaparecerán para él, en parte por la naturaleza extensa de sus negocios, pero también porque sus oponentes políticos estarán muy dispuestos a plantear estos temas cuando tengan la oportunidad de hacerlo».
En tanto, el empresario insistió en que no publicará su declaración de impuestos con la excusa de que no puede hacerlo porque le están haciendo una auditoría. «Sabes, a los únicos que les importa mi declaración de impuestos es a los periodistas, ¿ok? Son los únicos que preguntan», contestó a un reportero.
En una semana en que ha tenido encontrones con empresas -presionó a Ford, General Motors y Toyota para que desistan de sus inversiones en México-, Trump aseguró ayer que impondrá un «impuesto fronterizo muy grande» a las compañías que se muden al extranjero y exporten sus productos a EE.UU.
Comentó que la industria farmacéutica estadounidense es un «desastre» y «se está saliendo con la suya», porque vende medicamentos fabricados afuera del país, y aseguró que impondría nuevas condiciones de licitación para el sector con el objetivo de acabar con esta situación.
Trump nominó a David Shulkin para encabezar el Departamento de Asuntos de Veteranos. El médico hoy lidera el sistema de salud del departamento.
