La compañía, propiedad de Facebook, confirma que sube la edad mínima a los 16 años en Europa para cumplir con las leyes de privacidad comunitarias y actualiza sus términos de uso.
Los caminos de las empresas tecnológicas son inescrutable. Pero por presión de los organismos reguladores acaban por adaptarse, aunque solo sea en parte, a las exigencias europeas. Facebook lleva tiempo adecuando sus principales servicios al marco legislativo establecido por el Reglamento General de Protección de Datos, que será de obligado cumplimiento a partir del 25 de mayo. Tras la red social e Instagram, le toca el turno a WhatsApp, la aplicación de mensajería más importante del mundo.
La «app» ha anunciado la actualización de las condiciones del servicio y su política de privacidad para los usuarios de la Unión Europea. Una de las primeras medidas será que, a partir de ahora, los usuarios podrán descargar una copia de seguridad con sus datos personales, algo ya disponible en Facebook y que también se incluirá en Instagram.
Lo que recopila de cada usuario
La idea es, en teoría, intentar ser más transparentes acerca del uso de la información personal, aunque quedan muchas dudas al respecto. «Con esta actualización no estamos solicitando nuevos permisos para recopilar información personal. Nuestro objetivo es simplemente explicar cómo usamos y protegemos la información limitada que tenemos sobre ti», destacan fuentes de la compañía en un comunicado.
En cuanto a los datos que recopila, WhatsApp ha desvelado que incluye la información de la cuenta (número de teléfono, nombre del perfil con el que se ha creado), los mensajes enviados y recibidos (incluyendo imágenes, videos, notas de voz, archivos y localización), así como la lista de contactos. Esta función, sin embargo, todavía no está activada, pero según los primeros indicios se podrá encontrar en la pestaña«Configuración/Cuenta» desde donde solicitar una copia de seguridad que se anunciará a través de una notificación.
Otro de los cambios introducidos por WhatsApp es subir la edad mínima para acceder sin consentimiento de los padres a la aplicación.Pasará así de los 13 años a los 16 años. Por exigencias de las nuevas normas europeas, este tipo de plataformas deberán recabar el consentimiento expreso de sus usuarios. Los que tengan edades inferiores a los 16 años deberán contar, sin embargo, con la autorización de sus padres, pero se trata de una medida difícil de comprobar. Lo incluyen para cubrirse las espaldas.
Además de estas cláusulas, WhatsApp ha movido ficha en otros aspectos que van más allá de los farragosos términos de uso. La compañía ha establecido una filial dentro de la Unión Europea para poder «brindar servicios» y «alcanzar los nuevos estándares de transparencia» sobre cómo protegen la privacidad de sus usuarios. Estará ubicada en Irlanda, según consta en la documentación entregada al ICO, la autoridad independiente del Reino Unido en esta materia.
De tal manera que, con este movimiento, se podrán tramitar con mayor celeridad las posibles infracciones denunciadas por usuarios, aunque se desconocen los mecanismos fiscales con los que operará en este país, que ha albergado la sede de empresas tecnológicas estadounidenses en los últimos años.