Nvidia presentó este lunes sus últimos microchips destinados a acompañar la revolución de la inteligencia artificial, mientras busca consolidarse como el principal proveedor de estos componentes clave para el mundo de la IA.
«Necesitamos GPU (unidades de procesamiento gráfico, ndlr) más grandes. (…) Me gustaría presentarles una gran, gran GPU», dijo el presidente de la empresa, Jensen Huang, en una conferencia de desarrolladores en California, Estados Unidos.
Los GPU son chips con una capacidad de cálculo muy superior a la de los microprocesadores clásicos, conocidos como CPU.
El gigante tecnológico estadounidense anunció así la salida de su procesador más poderoso hasta la fecha, junto a un programa en una plataforma informática denominada «Blackwell«, en homenaje a David Blackwell, primer universitario negro que ingresó en la Academia Nacional de Ciencias.
Las GPU Blackwell se convertirán en «superchips» cuatro veces más rápidos que los de la generación anterior, que sirvieron para entrenar a los modelos de IA existentes, según Nvidia.
El grupo precisó que estos componentes serán 25 veces más eficientes en materia energética.
«La velocidad a la que avanza la computación es una locura», afirmó Huang durante la conferencia.
El evento, bautizado como el «Woodstock de la IA» por el analista Dan Ives, de Wedbush, es uno de los principales del calendario de las nuevas tecnologías, debido al papel único de Nvidia en la revolución de la IA.
Esta posición, en primera línea de esta evolución, llevó a Nvidia a la cima de la bolsa, con una ganancia de 267% en un año y 80% desde inicios de 2024.
El grupo de Santa Clara vale más en bolsa que Amazon.
El 23 de febrero, sobrepasó los 2 billones de dólares de capitalización bursátil, una cota que solo Microsoft, Apple y la petrolera saudita Aramco han superado.
Al contrario que sus rivales Intel, Micron y Texas Instruments, Nvidia, al igual que AMD, no fabrica sus propios semiconductores, sino que los manda a producir a terceros como Taiwan Semiconductor Manufacturing.
Estados Unidos prohíbe a Nvidia enviar sus chips más potentes a empresas chinas.