La Cámara de Diputados aprobó ayer el dictamen de la Ley Federal de Derechos 2025, para actualizar las cuotas que se cobran en varios rubros, destacando dos casos: minería y telecomunicaciones.
Por el lado positivo, la minería finalmente verá un aumento en sus contribuciones: el derecho especial pasa del 7.5% al 8.5%, mientras que el derecho extraordinario por extracción de metales como oro, plata y platino sube del 0.5% al 1%. En otras palabras, el sector minero ahora tendrá que retribuir más al país por la explotación de sus recursos.
El gran acierto de esta reforma es asegurar que los recursos generados por la minería mantengan su propósito original: apoyar a las comunidades cercanas a las zonas de extracción. Esto refuerza un compromiso con el desarrollo local, especialmente en regiones donde las actividades mineras suelen dejar más impacto ambiental que beneficios tangibles.
Sin embargo, en telecomunicaciones seguimos tropezando. Por enésima vez, se dejó pasar la oportunidad de reducir el pago de derechos por uso del espectro radioeléctrico, lo que para muchos operadores es una condena para operar con costos desproporcionados. Claro, hubo concesiones para algunos: pueblos afromexicanos y comunidades vulnerables podrán quedar exentos de ciertos pagos, y quienes usen telecomunicaciones en protección civil tampoco pagarán. Algo es algo, pero la reforma sigue dejando a la industria sin oxígeno.
Así, mientras la minería asume su responsabilidad social con mayores contribuciones, las telecomunicaciones siguen esperando su turno para un cambio más sustancial.
México, motor regional
Mientras algunos canadienses ven a México como la piñata del momento, Scotiabank reafirma su apuesta por el país como pieza clave en su estrategia global. Scott Thomson, CEO del banco canadiense, y Francisco Aristeguieta, líder de Banca Internacional, visitaron México para subrayar su relevancia estratégica y respaldar el trabajo de su equipo local, liderado por Adrián Otero.
Durante su visita, los directivos del banco canadiense destacaron la solidez de las operaciones mexicanas, que han consolidado al banco entre los cinco más importantes del país. Con más de 10,000 empleados y un enfoque en la digitalización, Scotiabank busca fortalecer su infraestructura y aprovechar el auge del nearshoring, fenómeno que promete llevar a la manufactura mexicana a nuevos niveles de competitividad.
Thomson enfatizó que México es clave para conectar las economías de Canadá, México y Estados Unidos, un eje central en el comercio y las finanzas de la región. Este compromiso no solo refuerza la presencia del banco, sino que también impulsa sectores estratégicos para el desarrollo económico del país.
En un entorno donde las críticas a México son frecuentes, Scotiabank demuestra que la confianza en el potencial mexicano sigue siendo una apuesta segura y visionaria.