En la última década, México acaparó el mayor número de inversiones para nuevas plantas en América del Norte, pero eso podría cambiar ante la mayor competencia de Estados Unidos y Canadá, afirma el el socio director de ventas de vehículos ligeros de la firma, Guido Vildozo.

México debe decidir con cautela si debe eliminar estímulos fiscales a la industria automotriz, ya que podría perder la carrera por la atracción de inversiones para la fabricación de vehículos eléctricos y dejar de ser competitivo, advierte Guido Vildozo, socio director de ventas de vehículos ligeros en América del Norte de IHS Markit.

Refiere que la industria automotriz cuenta con un margen de ganancias pequeño que oscila entre 4 y 6%, mientras que tarda un periodo de hasta 22 años para recuperar las inversiones realizadas en una planta automotriz, es por ello que la industria busca incentivos “bastante agresivos” en el mundo.

En entrevista con El Economista, el analista automotriz de la firma internacional descarta que la industria automotriz forme parte de una tasa impositiva mínima global del 15% propuesto por el G7, para aquellas empresas multinacionales que operan en cada país, debido a que el sector entrará a un ciclo de millonarias inversiones para tecnificar por la ruta de autos eléctricos y reducir emisiones contaminantes.

“Tenemos esa presión (de impuestos) en el entorno global, sin embargo, en la situación de la industria automotriz es poco probable que cambie a lo largo de los próximos años. Eso obedece a que la industria va a continuar en un ciclo de hiper inversión”, explica.

Por ello, Vildozo recomienda a los países jugadores que apuestan por atraer los nuevos capitales de la industria automotriz no eliminar incentivos, pues se podría perder competitividad como país, en beneficio de postores que ofrecen más estímulos fiscales y menores costos de producción.

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“Vamos a entrar en un super ciclo para atraer autos eléctricos, vamos a continuar con la receta de siempre (que usa la industria). Para hacer estas inversiones, ya sea en una planta existente o tener que construir una nueva, se va a invertir donde haya un programa de estímulo fiscal, estatal o federal, esa receta que busca la industria automotriz no va a cambiar, pero los que sepan jugar esas cartas, ganan o puedan atraer la mayor inversión”, acota el socio de IHS.

Esta semana la jefa del SAT, Raquel Buenrostro, afirmó a este diario que México ofrece muchos beneficios fiscales a la industria automotriz, respecto a los que tienen en otros países y anunció que serán revisados para que el sector pague “tributos justos”.

De acuerdo con fuentes de la industria automotriz, a partir del sexenio de Vicente Fox se han ido perdiendo beneficios fiscales y aduaneros para el sector, y conforme han avanzado los otros gobiernos, hasta el de Enrique Peña se han diluido los estímulos, como sucedió con la reforma fiscal al régimen de maquiladoras, que eliminó beneficios como la exención de IVA sobre importaciones temporales.

No obstante, la industria automotriz conserva deducciones de ISR, IVA, IEPS, más exenciones del Impuesto General de Importación, con lo que termina pagando una tasa efectiva de 12%, lo que ha generado malestar entre la industria nacional que tiene un tributo del 35 por ciento.

Pero, el especialista Guido Vildozo comenta que la guerra por la atracción de inversiones es recia y Estados Unidos siempre ha sido muy agresivo en eso, como lo es actualmente su plan de estímulos y Canadá, también lo está haciendo, porque ha perdido mucha inversión a lo largo de los últimos años. “Son puntos a considerar muy seriamente en México”.

Al referir sobre el ciclo atracción de inversiones automotrices en Estados Unidos, de 1995 al 2015 –periodo en el que se generaron muchas plantas–, el promedio de un paquete de incentivos bordeaba entre 15 y 20% de la inversión total de la automotriz.

¿México sigue siendo atractivo?

Lo que hemos visto en los últimos cuatro años es que Estados Unidos ha ganado las inversiones nuevas. Volvo en Carolina del Sur; la planta de Toyota y Mazda, y las expansiones en las plantas, Estados Unidos ha sido receptor de esos capitales. China los ganará de manera natural, porque es el país más grande del mundo y de ahí el resto se dispute por la economía de escala que vaya a tener, y aquellos países que sean eficientes en costos de manufactura serán los que más éxito tengan en atraer los capitales.

Fuente: El Economista

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